Un día en el zoo
“Si quieren verte que vengan a casa.” También podía haber titulado el post de esta semana así. Pero dejadme que os explique. Y atentos, que no lo repito. Hace un par de semanas, fui al zoo. Al de Zurich. Aquí los animales hablan en alemán, con acento suizo y se llaman de maneras muy extrañas. Unos más que otros. Tigre se dice Tiger, que es casi igual. León, Löwe, como el bolso que tiene una amiga. Conejo se dice Kaninchen, que parece más el nombre de un perro pequeño. Pero perro, se dice Hund. Sin embargo, no había perros en el zoo. Ni salvajes, ni sin “asalvajar”. Por si se los come el tigre. El caso es que os podría contar cosas del Zoo. Como una redacción de cuando íbamos al cole. Y había leones, y tigres, y elefantes africanos y asiáticos. Elefantes de Europa no vimos. Tampoco vimos a los osos, porque estaban “inviernando”. Nosotros veraneamos, y hay bichos que inviernan. ¡Qué cosas! ¿Verdad? Pero lo que me encantaría es saber qué dirían los animales si les dejáramos que hi