Desconfía de un hombre sobrio bailando
Como dice el célebre proverbio que me acabo de inventar (puede ser que lo hayáis oído antes, pero yo no, para mí es nuevo y como el blog es mío…), no te fíes nunca de un hombre sobrio bailando. Puede que el bailarín no atente contra tu integridad física, o quizá sí, pero seguro seguro, que tu vista se verá dañada. También, puede darse el caso de que el hombre en cuestión sea un profesional, pero de estos no voy a hablar porque no tienen ni puta gracia. Como ya viene siendo habitual en este blog, vamos a proceder a hacer una disección de hombres bailando. Todos, claro está, bastante perjudicados por las “drojas” y los efectos del alcohol. ¡Nos vamos de marcha! Es el momento de salir con la basca (sí amigos, todavía hay gente que sigue usando esta expresión) e intentar pillar. Pillar y baile, no deberían ir juntos en la misma frase, pero generación tras generación, seguimos cometiendo el mismo error. Hasta la segunda copa está prohibido bailar. Da igual lo