Mis memorias

Como si os estuviera oyendo: “Lo que faltaba. No me he leído memorias de gente que ha hecho cosas importantes en el mundo, y me voy a poner con las de este indocumentao . Pues no hay cosas mejor que hacer”. Y tendréis razón. Si os dan a elegir entre mis memorias y las de una chica que ha hecho… que tiene… que es… que trabajó en… ¿Qué cojones ha hecho Belén Esteban aparte de tener una hija con un torero? Yo también leería antes su libro (y es que mi vida ya me la sé, y tampoco es un frenesí, ni una ilusión, ni una sombra, una ficción… ¡Pero que bien plagio homenajeo a Calderón!). Para escribir memorias, incluso más importante que tener algo interesante que contar, es eso, tener memoria. Y yo voy peor que un político el año siguiente de las elecciones generales. ¿Por dónde íbamos? ¡Ah, sí! Que no voy a escribir un libro contando mi vida. Pero sí os quería contar algunas cosas sobre las diferentes memorias (aquí no empecéis con la ROM o la RAM… no