Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

Mesaminao

Estoy de vuelta en el blog. Hace más de un mes que no me pasaba por aquí. Estaba estudiando. A mi edad. Y ya “mesaminao”.

Que sí, que hay gente más mayor que también se examina. De la vista, de la conciencia, test de drogas (no me sé casi ninguna), de inteligencia, de Covid, de orina. Pero para esos no hay que estudiar.

Y además de estudiar, he hecho un examen. En realidad eran muchos seguidos. Uno en los que tienes que hablar, otro escuchar, otro que es como una quiniela y acertar el resultado, pero en vez de 1 X y 2, tienes letras. Casi cuatro horas de examen. Y si fueran las preguntas en español, todavía, pero es que ¡Eran en otro idioma!

Y no sólo las preguntas. También había que responder en otro idioma. Como si no fuera suficientemente difícil la primera parte, la de entender. Que vamos a ver, yo soy muy comprensivo. Yo trato de comprender a todo el mundo, pero es que esta gente hablaba en… ¡¡¡Alemán!!!! 

                                

Sí amigos, era en alemán. Y claro, he tenido que estudiarme todas las palabras por si entraban en el examen. Que imagínate tú que hay una en el test que no entiendes. Pues ahí me he tirado yo unos días, venga a aprenderme todas las palabras. A decir verdad, me he ahorrado las que empiezan por ñ. Alguna ventaja tenía que tener.

Pero del resto de palabras, toditas. Alle (que en alemán quiere decir todas todas, sin que te falte ni una). Los verbos, los adjetivos, nombres, apellidos, todo. Y esta gente tiene muchas palabras. Y todas distintas. Entre sí. Y si ya las comparas con las que tenemos nosotros, ya ni te cuento. Y empecé por la a, de Alemán, aunque ellos lo tengan en la d de Deutsch. Y así no hay quien estudie. Si ellos que son tan ordenados, ya tienen las palabras sin colocar, ya me contarás. Luego dicen que los latinos somo caóticos y no cumplimos las reglas. ¡Un poquito de orden!

Como os iba diciendo. Los alemanes tienen muchas palabras. No las he contado todas, pero muchas. Y los suizos también. Y los austriacos. Y encima las juntan. Literalmente. No todas las palabras son largas, pero tienen algunas que…

Más complicado que doblar una sábana bajera… Pero bueno que no todo es tan difícil. Por ejemplo, en el examen no te preguntan todas la palabras. A ver, dígame (porque eso sí, te tratan de usted, que respetuosos sí que son), estetoscopio en alemán. O remordimiento. ¿Cómo es el pretérito pluscuamperfecto del subjuntivo del verbo argüir*? Pues eso no, eso te lo ahorras.

¿Y entonces qué te preguntan?

Empiezan por el principio. Y te preguntan tu nombre, tu apellido, de dónde eres, tu dirección y el teléfono. Hasta ahí, todo bien y fácil. Esas me las sabía. Pero claro, la cosa se complica.

¿Eres comprensivo?

Ya os dije que sí, pero estos señores no se lo creen y te ponen a prueba. Tienes unos textos, todos llenos de palabras en alemán que hay que leer (en bajito para no molestar a nadie) y luego te hacen preguntas para ver si lo has entendido. Por ejemplo: “El Perro de San Roque no tiene rabo, porque Ramón Ramírez se lo ha cortado”. Opción A. Ramón Ramírez es muy mala persona. B: El rabo de Ramón es corto. C: Las dos anteriores. 

“Eskuchen”

También hay una parte en la que tienes que escuchar a gente que dice cosas. Y luego te preguntan qué han dicho. A mí no me gusta ir por ahí diciendo lo que dicen los demás, pero me han obligado a hacerlo. Que no soy ningún chismoso, a mí no me gusta hablar... Me imagino a los pobres alemanes haciendo el examen para sacarse el título de español y les pongan esta frase….  

¿Quién elige a los vecinos?

a.- El Alcalde b.- Los propios vecinos. C.- El asesino es el mayordomo.  

Un tren sale de Hamburgo…

Pues ya hemos leído, oído, y aún falta escribir y hablar. La tercera parte del examen es escribir. “Estimado Sr. Don Helmut Beckenbauer. Dos puntos. Espero que al recibo de la presente…” Este sería el ejemplo de una carta muy formal. También te puede tocar una informal. “¿Cómo vas?. Dile al chino y al resto de la peña que hemos quedao para tomar algo el viernes. “HABER” si nos vemos”.


Vamos a la parte seria

Ya hemos sido comprensivos. Hemos entendido lo que hemos leído, lo que nos han contado, y hemos escrito frases con sus puntos, y sus comas. Ahora toca hablar. Que con guten Morgen y Volkswagen no sirve.


Sprechen Sie Deutsch?

Igual esta también te la sabes. Lo malo es que después de preguntar, te hablan y tienes que volver a contestar y mantener una conversación durante 15 minutos. ¡15 minutos! Con alguien que no conoces de nada. Que eso ya no se hace con nadie. –“¿Qué tal todo? Me alegro. Pues hala, cada mochuelo a su olivo”. Wie geht es dir? Ich bin froh. Jede kleine Eule zu ihrem Olivenbaum. Para que veas que lo sé decir en alemán.

 

¿Y por qué “tasesaminao?

Básicamente para tener un título. Que hay gente que es Marqués y Conde y no han hecho examen ni nada. O Rey, Pelé. Que tampoco tienes que hace un test ni nada. Pero así me obligo a estudiar más y aprender alemán, que es lo más parecido a lo que hablan en Zürich.


Es que aquí se habla otra cosa

Ya os he contado alguna cosa en el blog  sobre el alemán. En Suiza se habla alemán suizo. Como tiene que ser, que esta gente son muy organizados. Pero es como aprender español en Sicilia. Te puedes llegar a entender, pero es complicado.  Eso sí, escribir, escriben en alemán. En Suiza, me refiero. Que en Sicilia a lo mejor hay gente que escribe en alemán, pero no será tan corriente.


¿Has aprobado, has aprobado?

Pues aún no lo sé. Hasta dentro de 6 semanas no tengo los resultados. Debe ser que escribí muchas palabras y las están corrigiendo una por una. Que son muy minuciosos esta gente. Ya os contaré. De momento, a esperar.

*Por si alguno tuviera o tuviese curiosidad por saber qué cojones es argüir y su pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo. Aquí lo tenéis. Luego diréis que no aprendéis nada con este blog.


Comentarios

  1. Si, a lo mejor el próximo ano ( no encuentro la punetera ene...) me examino, pero me esta entrando una pereza..que a nuestra edad no esta el horno para bollos

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  2. Si, a lo mejor el próximo ano me examino (no encuentro la punetera ene...) pero me esta entrando una pereza...que a nuestra edad no esta el horno para bollos. UN abrazo, me encanta tu blog.

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