Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2014

Así fue o podría haber sido

Imagen
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

Nicolás y yo. Nicolás es pequeño, peludo, suave...

Imagen
No os lo vais a creer, pero me ha llegado una carta de Francisco Nicolás Gómez Iglesias. Una carta de las de verdad. De las que llevan sello y un señor cartero la mete en el buzón. El buzón es eso que se abre con la llave pequeña… Ese sitio en el que siempre hay folletos con comida china y pizza (folletos también, no pienses que te entregan la comida allí), extractos del banco, publicidad y alguna factura de Doña María del Carmen Rodríguez González (siempre se equivocan y lo meten en mi buzón).  Es probable que no sepáis quién es el tal Francisco Nicolás, pero sólo si no vivís en España o sois de otro planeta. En caso de que alguno leáis el blog desde otro país o planeta, en este link podéis saber algo más de él. ¿Qué por qué recibo una carta suya? Pues aquí viene la parte misteriosa. Me pone en conocimiento (sí, es un poco redicho el jovenzuelo) que en el caso de que escribiera en el blog Un Cigarrito y a la Cama sobre él, se verá en la obligación (como si no tuviera m

El gordo, Antonio y su bar y otras cosas para guardar

Imagen
Si habéis entrado al blog pensando que es el título de una peli porno, ya lo siento, pero tendréis que seguir buscando por lo largo y ancho del “Internez”. Tampoco os va costar mucho encontrar páginas de señores y señoras desnudos, pero si tenéis un rato, pues se agradece que os quedéis. Y para que no penséis que habéis hecho el viaje en balde (que incómodo tiene que ser viajar en un cubo), ya os pongo una foto de una película subida de tono (así llamaban a las películas en las que se veía a personas en paños menores y a veces, sin paños ni nada). Para los que seguís leyendo a pesar de que no vamos a hablar de cosas eróticas, os advierto que tengo cierta tendencia a la dispersión. Empiezo a escribir y me cuesta ir al grano. Avisados quedáis.  A lo que vamos… El título del post de esta semana tiene que ver con el anuncio de la lotería de navidad que trata de un señor “apenao” al que le dice su esposa que baje al bar (olé por la mujer) de un señor gordo y resulta que le co

La gente pudriente o qué habré hecho yo para merecerme a éste

Imagen
Antes de seguir escribiendo vamos a aclarar el título. No hay ninguna errata. No quiero meterme con la gente de posibles o pudiente. En el post de esta semana quiero hablaros de la gente “pudriente”. Otros le llaman tóxica, pero yo preferiría ni llamarlos, porque de todas maneras, van a venir igual. Seguro que hay mejores definiciones de este tipo de gente y los señores psicólogos, psiquiatras, psicópatas y Paulo Coelho (que sabe de todo y por el que siento aprecio… poco, pero aprecio) ya lo habrán explicado mejor. Yo los definiría como esa gente que está puesta ahí para hacerte la vida más difícil.  Si no fuera porque estamos en crisis, diríase que los pone el gobierno o el ayuntamiento o quién quiera que mande, para dar por saco. Mucho peor que un político. Con esto ya lo digo todo. Vamos con algunas características de estos señores y señoras (que de todo hay en la viña del señor) que te vas a encontrar, quieras o no. ¡Corre!

El avión: tragicomedia en tres actos. Segunda y tercera parte

Imagen
¿Por qué hacer las cosas fáciles pudiéndolas complicar? (Esta frase se la podéis atribuir a cualquier español. Así “semos”, nos gusta lo difícil). Que he pensado que en vez de hacer tres posts sobre los aviones, hago dos y así confundo al personal.  A ver si os lo puedo explicar. Son tres partes, pero las divido en 2 para… ¡Jodé! ¿os habéis tragado lo del espíritu santo y las tres personas sin rechistar y esto que es más fácil necesita tanta explicación?  Pues eso, que aunque sean tres partes, las dos segundas partes las juntamos en un solo post. La primera parte ya está disponible en quioscos y estancos aquí (mejor pinchar en el link que igual en el quiosco no os entienden). Vosotros seguid leyendo y ya os explico sobre la marcha.