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Mostrando entradas de febrero, 2016

Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

10 cosas que no están en su sitio y que ni las madres encuentran

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Antes de seguir, voy a matizar el titular. Todos sabemos que los titulares se ponen para impactar, pero no siempre son reales. Y este es uno de los casos. Las madres siempre encuentran las cosas. Siempre. Convertirse en madres y tener superpoderes es todo uno, sobre todo para encontrar cosas y saber si has fumado o bebido. Y ahora que hemos “desfazido” el entuerto del titular, vamos a con cosas que no están en su sitio.

Odiando voy, odiando vengo u odiosos odiadores

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Puede que me equivoque y que sólo sea sensación mía, pero creo que estamos deseando odiar. A algo, o alguien o una situación, cualquier cosa o momento es bueno para odiar. Y no podemos odiar en silencio, como las almorranas, sino que tiene que enterarse todo el mundo…. Por cierto, que cuando digo lo de las almorranas, no me refiero a que ellas odien en silencio, sino a… Mejor lo dejo porque me voy a liar. Como iba diciendo. Pues eso, que nos encanta odiar, y que se nos oiga, que se entere todo el mundo a quién o qué odiamos. Y con las redes sociales hacemos más ruido todavía. Que no te gusta alguien, pues se lo cuentas a todo el mundo. ¿Has tenido un pequeño problema con la panadería de la esquina? Pues lo pones en tu “tuister” y en el “feisbu”, y en tu “istagrán” para que se entere todo el mundo. Sólo hay un pequeño problema. No te sigue casi nadie en redes sociales. Tampoco te sigue mucha gente fuera de las redes sociales. Y además, a todo el mundo le gusta el pan de la pan

Oscar, Goya y otros señores que dan premios a los peliculeros

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Oscar, Goya y otros señores que dan premios a los peliculeros El otro día estuve viendo (ya, ya sé que esta es la típica forma de empezar un monólogo, pero es que así fue) la gala de los Goya y me detuví (¿O se dice detenguí?) a pensar. No me pasa muchas veces. Lo de detenerme sí, me refiero a lo de pensar. Y pensé que todas estas galas, los Goya, Oscars y todos estos señores que se dedican a dar premios, son muy similares, por no decir parecidas (o como se diga). Sale una señora, o un señor, a presentar la gala. Y canta, y baila, y cuenta chistes, y sonríe, y habla con el público y se mete con las autoridades competentes y otra vez a sonreír. Y volver a presentar a gente que entrega los premios al mejor guion, a la mejor actriz, la mejor iluminación,  y la música más original, a la música menos original y así hasta que eligen la mejor película. Todo ello votado por los señores de una Academia. Y cada vez es una academia distinta. Y son academias que no conoce nadie, ni siqui

Mis palabras favoritas. Capítulo II, de la N a la Z

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En el capítulo anterior (léase con voz de locutor de televisión) hablábamos de mis palabras favoritas . Ya sé que es un poco egoísta por mi parte, pero es que si os tengo que ir preguntando uno por uno para elegir las palabras más bonitas, no termino nunca. Fíjate el lío para elegir gobierno, como para llegar a ponernos de acuerdo con las palabras, con todas las que hay. Es entre el Cola Cao y Nesquik y la gente se mata… Pues eso, que me lío y al final no os cuento mis palabras favoritas. Vamos con la segunda ronda de palabras.