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Mostrando entradas de junio, 2015

Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

¡Como alcalde vuestro que seré, os prometo estas 10 cosas!

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Parece que ya todas las ciudades en España tienen alcalde o alcaldesa. Yo, por si acaso queda algún pueblo vacante o el que os han puesto no os convence demasiado, aquí os presento mi candidatura. Y con programa y todo, no como otros/as que como nadie se lo lee, por que ¿paqué? Que pueda cumplir el programa ya es otra cosa, pero vamos, sería el primero que lo hiciera. Yo os lo dejo escrito y si os gusta, se lo contáis a los del pueblo y nos ponemos de acuerdo. Que si es para una ciudad también vale. Para Presidente de Gobierno, ya no puede ser. Se me tendría que olvidar el inglés que he aprendido.  Aquí están mis propuestas (pim pam). Algunas son deshonestas. Yo ya aviso. No más impuestos Ni IBI, ni IVA, ni IRPF y todas esas cosas que nos ponen de muy mala leche. En el pueblo no se pagarán impuestos. Cada año nos tocará la lotería a todos los del pueblo. Incluso al triste que no compra el décimo. A todos nos toca. Eso sí, parte irá para los presupuestos del pueb

Rafaella Carrá bailando un pasodoble en un Tractor Amarillo o la música en las bodas

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La música es una de esas cosas de las que todo el mundo entiende. Da igual que te guste la clásica, seas un yeyé con el pelo largo, e incluso si disfrutas con la Oreja de Van Gogh. No me voy a poner a juzgar si disfrutas jugando con orejas de señores difuntos. Todos creemos que tenemos buen gusto musical. Pasa como con la ropa. Tú te pones unos leggins de leopardo (no os recomiendo que le quitéis los pantalones al bicho… y al leopardo tampoco) y una camiseta ajustada y vas tan elegante como para ir a un concierto (en algunos puede que tengas problemas para entrar… y para salir), o salir de compra, o incluso ir a una boda. Que a las bodas va gente muy elegante. Seguro que causas sensación. A lo que iba. Que estábamos hablando de música y bodas. Ya puede ser el enlace de los Altomontano-Quijoso de los Valles con los Gil de Biedma-Oriol (por poner apellidos largos, que esta gente suele tener pasta) o la boda de la Jenny con el Yonatan. Siempre hay el mismo tipo de música.

Animales, fauna y otras 10 cosas que se ven en el Zoo

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Hace poco estuve en el Zoo. Ya sé que no es la manera más original de empezar un post, pero es que fue así. Y me dio por pensar algunas cosas que pasan, o podrían pasar allí. Os imagináis por un momento que estáis tranquilamente en vuestra casa, en la cama. Suena el despertador; os despertáis (es lo que tienen los despertadores). Os pegáis una ducha, preparáis el café y un par de tostadas… Y todo esto visto por un montón de adolescentes gritando, abuelas corriendo con los nietos, enteradillos que creen que saben todo sobre el ornitorrinco de los Pirineos a través de un cristal o una jaula. Pues así se tienen que sentir los bichos del zoo.  Y algunos, se cabrean. ¡Normal! Y es que un día en el zoo da para muchos pensamientos y reflexiones. Vamos allá con 10 cosas que se ven o no, en el zoo.  

El inglés: 12 razones por las que ese cabrón nos tiene manía.

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No es nada personal. Nos tiene manía a todos, pero sobre todo a los españoles y a los franceses. Pero bueno, que los franceses también tienen lo suyo. Y esta inquina (Santa Catalina no tiene nada que ver aquí) viene de lejos. Pero no me refiero a un inglés en particular, que seguro que también nos tendrá manía. Os voy a hablar del idioma. Del English.   Que si eres antiguo, dirás English pitinglish y te morirás de risa oyéndotelo decir a ti mismo y seguirás con guayominí two   points y entonces es cuando te quedas sin amigos… pero esa es otra historia. El caso es que el idioma inglés en particular y los españoles en general no nos llevamos bien. Ya os conté que los ingleses no entienden inglés , pero esto también es otra historia. Yo os voy a dar las razones razonadas de por qué el inglés nos tiene manía. No es el profesor de inglés, es la asignatura en general, que es muy mala, como la mujer de este señor. El inglés. ¿Por qué es un cabrón? Dos puntos. Sigue le

Veinte cosas que pasan siempre

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¿No os llama la atención que el cumpleaños siempre caiga en el mismo día? Y ya para rizar el rizo (algún día hablaré de frases típicas) que también coincida el mes. Aquí hay tema para la gente de Cuarto Milenio La gente, la mayoría de la gente, tiene la costumbre de cumplir años cada cierto tiempo, y a mí me parece muy sospechoso que sea cada 365 días. Hay algunos que, incluso, hacen coincidir sus cumpleaños con un sábado, para poder celebrarlo con sus familiares y amigos. Esto ya me parece demasiado. Tengo que confirmar el dato, pero es, cuando menos, sospechoso. Sin en cambio (prometo que sigo oyendo a gente decir esto), sí que hay cosas que siempre pasan, situaciones que no cambian. Vamos con ellas.