¿Nos vamos de terrazas?

Quizá el término pueda llevar a engaño, pero ¿Cuándo os he engañado? ¿Cuándo me he inventado yo algo? Es posible que en algún post haya dicho algunas cosas que no eran del todo ciertas, que me haya inventado alguna cosa, que exagere un poquito o que haya maquillado la realidad. Pero hoy sí que voy a hablar de las terrazas. De las de los edificios, que todavía no estamos para salir de cañas. Aunque también te puedes tomar una cerveza, echar un cigarrito, salir a dar palmas, bailar, cantar… Hay terrazas en las que casi no cabe el cigarrito, y tiene que ser un baile más apretado que las tuercas de un submarino. Olvídate de marcarte un Dirty Dancing. Que a lo mejor tienes una de esas terrazas como los jugadores de fútbol. Que les da para entrenar, jugar con el perro y sus 18 hijos (los hijos del futbolista. Líbreme yo de hablar de las intimidades de los perros). Ventaneros sin fronteras Empezamos mal. Me propongo a hablar de terrazas y comienzo a hablar de los que