10 consejos para llevarnos bien. Carta de una maleta.

¿Cómo te sentirías si te metieran todo el año en un lugar oscuro junto a un montón de trastos? Sin ventilación, sin luz. ¿Tan fea me he vuelto que no quieres que nadie me vea? Bien que presumías hace poco cuando me compraste. Ya nada es como antes. Me ponías esos plásticos para protegerme de esos señores que nos golpean en los aeropuertos. Ahora, ni plásticos ni nada. Si me araño, a tí da igual. Me empujas, me tratas sin respeto… Ya sólo te sirvo para meter esa ropa espantosa (que por cierto, tendrías que renovar. Te queda estrecha y está pasada de moda), para guardar ese neceser lleno de cremas antiedad, antiarrugas y antiestéticas, y a la vuelta de tus viajes… llenarme de “suvenires” horrendos. Dices que me llevas a conocer mundo. ¿Mundo? Del aeropuerto al autobús, o al taxi y de ahí al hotel. ¡Que sí! Que te preocupas por mi peso constantemente. Eso es verdad. ¡Pero lo haces por no pagar más! Esto no hay quien lo soporte. El día menos pensado, me planto en la puerta y me voy.