Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

Pues yo a ti tampoco te invito

Seguro que habéis oído, visto, y leído por tierra mar y aire noticias sobre la boda de SR4 con Pilar Rubio. Que no es que la chica se haya casado con un modelo de coche o con un robot de la Guerra de las Galaxias, que también podría ser, sino con Sergio Ramos.
No os voy a engañar, ni inventarme que he estado en la boda y escribir sobre las intimidades de los invitados. Soy muy respetuoso con la vida de los demás. Esta ve no me han invitado.
La ilusión que me hacía ir a Sevilla, ponerme una mantilla y estar rodeado de famosos. Aunque no pudiera hacer fotos. Yo creo que ha sido cosa de Correos que no tenían bien la dirección y no ha llevado la invitación. O es posible que SR4 y PR5 (no estoy seguro del dorsal de Pilar Rubio) sean unos rencorosos y como yo no les invité a mi boda, pues ellos se han enfurruñado (qué me gusta el verbo enfurruñar) y me han pagado con la misma moneda.
Leyendo las cosas que han hecho en su boda, lo de prohibir usar los móviles, vestir con determinados colores, llevar a AC/DC, prohibir los móviles, no invitar a los niños, tatuarse un unicornio y obligar a todos los invitados a bailar Paquito el Chocolatero… yo creo que se fijaron en muchos detalles de mi boda.
Comprometidos con el medio ambiente
Hay que cuidar el planeta y todos los invitados debían venir en bicicleta. La mejor bicicleta eso sí. Pero todos en la misma. Eso dificultaba un poco las cosas. Eso y el hecho de que la boda tenía lugar en Bora Bora. Chúpate esa Sergio Ramos. Que Sevilla está muy bien y la catedral es bien chula, pero que es Bora Bora.
Lista de invitados
Los que me conocéis sabéis que no me gustan las grandes fiestas. Grupos pequeños. Sólo 15000 personas. Los más allegados. Que ya sé que la isla de Bora Bora no es Australia, pero si nos juntamos un poco, cabemos. Y si alguno se cayó al agua, tampoco pasa nada que allí siempre hace buen tiempo.
Etiqueta
Nada de etiqueta. Comodidad ante todo. Todos en bañador. Cada uno con el suyo. Y nada de peluquería, con gorro todo el mundo. Para que no llenéis de pelos el mar de…. El océano… El mar de allí, de Bora Bora, cómo quiera que se llame. Y no valía tirarse a bomba.
Por lo civil, por lo criminal, por la iglesia
Todo a la vez. Por lo civil, por la iglesia, con el rito judío, cristiano, musulmán… el rito rito colorito. Hay que ser respetuoso con todas las religiones. Hasta con los cabrones de los ateos. ¡Es broma!
¿Y dónde guardo el sobre del regalo?
Nada, no necesitáis nada. Ni llevar el móvil, ni la cartera, ni tabaco, ni las llaves de la habitación del hotel. Se os proveerá de unas bonitas riñoneras, que están ahora de moda. Qué pena que se esté perdiendo este bonito complemento. Riñoneras impermeables, eso sí, que el agua de Bora Bora está calentita, pero mojar, moja lo mismo. Ahí podéis guardar el sobre con el dinero. O el cheque, o bitcoins, que también aceptamos todo tipo de moneda. Cualquier detalle vale, por encima de 1000 euros. Al final todo va a la fundación Pasta Sin Fronteras que yo mismo he creado para proteger a los unicornios. En caso de que los unicornios se hayan extinguido se dedicará a otros menesteres (no me digáis que la palabra menester no es preciosa).
Menú
Pues lo típico de un día de playa. La nevera azul portátil llena con cervezas, sin alcohol, sandía, también sin alchohol, unos filetes empanados (habrá versión vegana. De la sandía, ya veremos si lo hacemos para los filetes), un vale descuento para el señor que va vendiendo bombón helado (para fomentar el turismo local). Nada de alcohol, que en cuanto la gente sale al extranjero la gente le da por saltar desde las terrazas. Y si queréis bañaros después de comer, hay que guardar dos horas de digestión. Habrá madres vigilando para que nadie se bañe sin respetar las dos horas. 
La fiesta
Después de la ceremonia, la comida, la digestión… llega el momento de la fiesta. Ahí sí que no reparamos en gastos. ¡Los Rolling Stones! Todos, ¡Y los Beatles! Aquí faltan algunos, pero el importante, el que tiene cara de tortuga y parece una señora mayor, también viene. Además, será una de las madres que vigile que se respete la digestión. Y tocarán grandes éxitos como El tractor Amarillo, El Chiringuito, Pasodobles para la chavalería… lo típico. Paquito el Chocolatero no, que es una horterada y no se saben la letra.
El caso es que al final, por unas cosas u otras no pudo ser. Paul McCartney tenía otros compromisos, uno de los Rolling Stones se rompió la cadera y nada… No había filetes empanaos veganos, no había curas, ni rabinos que se pusieran de acuerdo para hacer la ceremonia en varias versiones, y correos tampoco funcionó para enviar las invitaciones. En Bora Bora era temporada alta y ya no había sitio para tanta gente Ya sabéis como son estas cosas, que al final lo vas dejando, y que no te casas. Ya os diré si al final podemos conseguir a Paul McCartney “empanao”, y a los Rolling sin alcohol… Pero boda, habrá… y mejor que la de SR4 y PR5. 



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