Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

El Super Tazón

No, no os voy a hablar de lo que me pongo en el desayuno, ni de los Krispis o los donuts (o quizá sí). Tampoco de un Superhéroe que se mineralizaba y supervitaminaba (éstate al loro Super Ratón, que te han relacionado con Eufemiano Fuentes). Lo del Super Tazón es como se conoce también a la Super Bowl (la traducción es literal, by the way) o ese evento conocido como el partido en Estados Unidos con señores con coraza que se pegan unas hostias como panes de pueblo para pillar un melón y en el descanso hay espectáculo y anuncios chulis.   
Para los que no somos americanos, o nos la sopla, es el evento del que te hablan al día siguiente.  Te cuentan que el himno americano lo ha cantado Fulanito/a y en el descanso ha salido tal o cual cantante y que el anuncio más visto ha sido el de Mac Pepsi Doritos CBS. De nuevo estoy generalizando, pero hay muy poca gente que sabe de qué va el Rugby de Cascos (nada que ver con el político, a pesar de la cara que tiene de haber jugado al rugby). 
No os preocupéis (ya sé que no estáis preocupados, pero permitidme alguna licencia poética), que ya estoy yo aquí como un buen periodista para daros las claves de tan magno evento. Acreditamos a un enviado especial de El Cigarrito, pero dice que no le dejaron entrar y las entradas se habían acabado.  Al final se metió en el cine a ver la última de Tarantino que mola más. Pues eso, como todo periodista que se precie, me debo a mis lectores y voy a escribir sobre un tema que no tengo ni idea, sin haber estado allí (como casi todos los periodistas).
Fútbol americano ¿Por qué?
Le podían haber llamado de muchas maneras, Juliana (que me parece un nombre muy bonito y siempre hablan de ella los cocineros cuando cogen un cuchillo), Rugby con hombreras (sería más correcto) o Señores de 120 kilos con mallas y no son tunos, corriendo detrás de una pelota (éste último quizá un poco largo. Aunque los americanos buscan soluciones para todo, y si no, mirad los nombres de las cadenas de TV o de Radio, podría ser SD1202KCMYNSTCDDUP). 

Lo de americano, lo aceptamos, porque juegan en una parte de América, pero ¿fútbol? Los australianos tienen algo parecido, pero son más viriles. Los piñazos que se dan son parecidos, pero juegan con camisetas de macarra.  A lo que voy, por qué fútbol.  Incluso cambian el nombre del fútbol por soccer (aquí tenéis la explicación). Voy a mandar al enviado especial a que me haga una redacción de 100 palabras de por qué le llaman fútbol, que a mí no me da tiempo.  
 

Nombres de los equipos
Si no los conoces, te suenan todos igual. Los Frosties contra los Kellogs, los Nuggets contra Kentucky FC, Whopper frente a Cheeseburger, Kraft de Philadelphia vs Boston Lakers.  Un lío, pero como en inglés, los nombres molan, da igual como te llames.  Pongamos un ejemplo. ¿A que Baker Street suena bien?  Pues en español sería la Calle del Panadero (ya no es tan cool). 

En esta edición, jugaron los San Francisco 49ers, contra los Ravens de Baltimore. Los Cuarenta y Nueves de San Francisco contra los Cuervos de Baltimore (¡amosnomejodas!).  En la liga de España, parecerían los Cuadragési… cuarentainueveavos (o como se diga) de Argamasilla de Alba (un saludo para la Duquesa) contra los Cuervos de Tomelloso.  Más que un partido, parece un documental de Félix Rodríguez de la Fuente. El Abejaruco Pardo contra los Lirones Caretos (pues tampoco queda mal).

Aquí os dejo otros nombres de los equipos traducidos: los Bills de Buffalo, Patriotas de Nueva Inglaterra (Príncipes de Maine… esto ya es cosecha propia de una película), Osos de Chicago, Los Empaquetadores de la Bahía Verde, Los Delfines de Miami, Halcones de Atlanta, Vaqueros de Dallas (una moñada. Suena mejor en inglés).

Los futbolistas americanos
Básicamente unos señores muy altos y muy fuertes, que van vestidos con las hombreras de los de Locomía, pero sin abanico y con unos andamios debajo.  La mayoría de ellos, con unos brazos como las piernas de Falete y unas piernas como la cara de un político (duras, duras). 


En las retransmisiones siempre hablan del Quarterback. No lo tengo muy claro, pero creo que aunque suene a una clase de comida preparada en el Burger King (Quarterback with Cheese), significa algo así como tirillas blanco que lanza el melón “paralante”. Éste lo tira para el otro campo y sale un tío de color, casi siempre de color negro, que corre como un galgo, y otros 4 del equipo contrario, le esperan para darle su merecido. Hasta aquí, mi conocimiento del juego.  

Los jugadores, que para ser exactos, son muchos, llevan números disparatados, Uno con el 70, el otro con el 287… Al principio creía que cada uno ponía lo que pesaba, para saber con quién se la estaba jugando el contrario. Luego al pensar, que vaya gasto en camisetas cada vez que engordaban (porque adelgazar no lo hacen nunca) y darme cuenta de que el peso lo miden en yardas, ya se me jodió la teoría.

Fe de erratas: Bobo, el peso no se mide en yardas, son kilojulios por segundo.  Malditos americanos con eso de medir las cosas como la temperatura, la distancia y demás, para que no nos enteremos el resto del mundo… Herencia británica, que también son retorcidos los tíos.  
Árbitros 
Son señores mayores vestidos con un traje de rayas como los presos, pero para abajo (es lo que tiene ser zurdo y hacerse un lío con izquierda, derecha, horizontal y vertical).  Pues bien, esos señores, llevan también un micrófono para explicar por qué han tomado las decisiones.  ¿Os imagináis a los árbitros de fútbol con un micrófono abierto pitando un partido? Se oírian frases tales como: ¡Enanooo! Sí Messi, sí.  Que te he visto escupiendo. Eso no se hace ¡Caca!  ¡Diego Costa, tómate la pastilla! ¡Cristiano, me la agarras con la mano!  ¡Di María! Siempre serás mía. (Ya me callo).
Lo que de verdad importa
Ahora, que ya NO sabéis de qué va el juego, vamos a lo importante. Los cantantes y “cantantas” y los anuncios. Al principio de cada partido (realmente, al comienzo de cualquier cosa en Estados Unidos), alguien canta el himno. Vas al Carrefour, y cuando lo abren cantan el himno. En un restaurante te traen el postre y también cantan… (igual soy un poco exagerado).  Cada año lo canta algún famoso, y es uno de los momentos más importantes del partido. Con ustedes Alicia Keys.


¡Ay omá que rica!

Más importante que el himno es lo que se viene llamando el Halftime.  ¿Os acordáis cuando se le salió (o le sacaron) una teta a la hermana de Michael Jackson?  No, a la Antoña Jackson no, a la otra. Pues eso fue en una Superbowl también.

Este año salió otra maciza.  Beyoncé, ay omá, que rica también.  Y se fundieron los plomos. Terminar de cantar y dar brincos la morenaza con sus amigas, e irse la luz, fue todo uno.  El “chispas” del estadio se quedó tieso (tomáoslo como queráis) y se le olvidó volver a dar al interruptor.  Además, de lo educados que son los americanos.  Aquí sale Beyoncé y no canta más de una estrofa.  Se la comen los jugadores antes de que salga al campo.

Otro punto importante, son los anuncios. Las empresas pagan fortunas para aparecer en el “jalftain”. Sus marcas serán las más nombradas y se hablará de ella durante muuuucho tiempo.  Y yo me pregunto. ¿Se pagaría tanto en España durante el descanso de un partido de fútbol?  Si ahí es cuando te levantas a ir al excusado (me sonaba muy fuerte lo de ir a mear), hacerte un bocata, discutir con el de al lado sobre las jugadas polémicas, etc, etc.  Total que los anuncios no los ve ni el gato (y por eso los ponen durante la retransmisión. Que se lo pregunten al calvo de la Formula 1). 


 Anuncio de Oreo (¡grandes!)

Y hasta aquí, mi aportación al Super Tazón 2013. Si de verdad, quieres saber de qué va el rugby de los americanos, te vas a un artículo como éste: http://www.jotdown.es/2013/02/las-cuatro-finales-del-arma-k/, pero te advierto que se quitan las ganas de leerlo… es muuuu largo y dice cosas que no se entienden.
El año que viene (sí, se repite cada año), a ver si me entero algo más de qué va este deporte y os puedo hacer una crónica como dios manda, pero no prometo nada.

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