Hasta los cajones
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Dicen que las mudanzas son una de las situaciones más estresantes del mundo. Ahí discrepo. En general, no es nada del otro mundo… la de los demás, pero si te toca a ti, ya es otra cosa. Es una putada como la copa de un pino (¿De dónde vendrá esta expresión)? Además de trasladar tus cosas de un lado a otro, ropa, muebles y demás enseres (¡Qué palabra tan bonita!) que ya de por sí es jodido, también está el comprar nuevas cosas, papeleo, cambio de domiciliaciones, dar de alta servicios como el teléfono, Internet, luz. Vamos que no se lo deseo a nadie. Yo creo que a Dios se le olvidó una plaga de mudanzas entre las que envió a Egipto para darles un escarmiento. No quiso cebarse con ellos. Uno de los protagonistas principales en toda mudanza son las cajas, cajitas, cajones y demás variantes del mismo elemento tomadas de millones en millones. No sabías que había tantas cosas en una casa tan pequeña. Da igual que salgas de un apartamento de 25 metros cuadrados a una mansión de