Aquellos maravillosos años
¿Por qué vuelvo a hablar del pasado? Como mi abuela era gallega, voy a responder haciendo otra pregunta ¿De verdad pensáis que es mejor hablar del presente? ¿O del futuro? Ya lo decía Antonio Molina: “El futuro es muy oscuro, el futuro es muy oscuro, aaaaaayyyy”. Gran cantante, mejor persona (es una frase hecha, ni idea de cómo era) y fábrica de hacer hijos todos iguales. Por cierto, siempre me he preguntado a qué se refiere con lo del señor más “desigente”. Dentro vídeo. Pues, otra vez voy a hablar del pasado, que me parece más divertido. De aquellos años en los que pasaba el día en la calle y en el cole. Un patio del colegio, que a juzgar por la cantidad de niños que éramos, los 20 partidos de fútbol que se jugaban al mismo tiempo, los tres partidos de baloncesto, las 1500 niñas jugando a la comba (igual aquí me está saliendo la vena andaluza y estoy siendo un poco “desagerao”), los dos partidos de beisbol, y el niño solitario con el bocata de “chope”, debía med