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Mostrando las entradas etiquetadas como Pantoja

Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

¿Has visto las noticias? ¿Las de dónde?

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Según el mundo en el que vivas puede que las noticias más importantes sean que Cristiano Ronaldo se ha “enfurruñao” con sus compañeros. O que Isabel Pantoja sale de la cárcel. Que a Paquirrín, Pantojín Jr,  habría que meterle en la cárcel por la música que hace, y que la próxima semana seguiremos hablando del gobierno. Pero en otros mundos, que también los hay, no saben si Paquirrín es el próximo Presidente. Si les dicen que Cristiano Ronaldo está en la cárcel, no sabrán de quién le hablamos y no les extrañaría que Pantoja fuera la máxima goleadora de la liga de fútbol, o participará en las próximas Olimpiadas o si se ha “enfurruñao”. Las noticias que, como ahora se dice, hacen arder las redes, puede que no merezcan ni una línea en “The Country” (El País en Estados Unidos) o un comentario en “The Reason” (La Razón de UK)   y ni siquiera dirán nada en “Antenna Three” de Australia. Mejor te cuento algunos ejemplos

Odiando voy, odiando vengo u odiosos odiadores

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Puede que me equivoque y que sólo sea sensación mía, pero creo que estamos deseando odiar. A algo, o alguien o una situación, cualquier cosa o momento es bueno para odiar. Y no podemos odiar en silencio, como las almorranas, sino que tiene que enterarse todo el mundo…. Por cierto, que cuando digo lo de las almorranas, no me refiero a que ellas odien en silencio, sino a… Mejor lo dejo porque me voy a liar. Como iba diciendo. Pues eso, que nos encanta odiar, y que se nos oiga, que se entere todo el mundo a quién o qué odiamos. Y con las redes sociales hacemos más ruido todavía. Que no te gusta alguien, pues se lo cuentas a todo el mundo. ¿Has tenido un pequeño problema con la panadería de la esquina? Pues lo pones en tu “tuister” y en el “feisbu”, y en tu “istagrán” para que se entere todo el mundo. Sólo hay un pequeño problema. No te sigue casi nadie en redes sociales. Tampoco te sigue mucha gente fuera de las redes sociales. Y además, a todo el mundo le gusta el pan de la pan

Diez cosas que les pasan a los Almendros

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No es que me haya dado por la “arbolistería”. Tampoco voy a hablar de poesía, aunque me haya salido un título muy bucólico (que aunque lo parezca, no es una enfermedad).  Muchos ya sabéis lo que es un almendro, pero por si acaso, lo explico. Lo de los Almendros viene por la gente que vuelve a casa por Navidad. Pero sobre todo, a los que vuelven de fuera de España. Sí amiguitos, hay vida más allá.   Hay versiones más antiguas del anuncio, pero viene siendo lo mismo En el anuncio de El Almendro vemos un claro ejemplo de los que vuelven. Vamos a evitar “confusionismos” e ir descartando personajes. La madre tiene bastante con arreglar el sombrero que se va a zampar el perro.  Hablamos del joven que llega a casa por Navidad. Pero hay muchos más, y a casi todos les pasa lo mismo. Que les ceban como si se lo fuera a comer la bruja de Hansel y Gretel y les abrazan y dan vueltas y un perro se les quiere subir encima… Igual lo de dar vueltas y que el perro pegue brincos no es lo

Historia de la música toda junta sin fascículos ni nada

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Ya sé que se ha escrito mucho sobre música. Hay suficientes libros, enciclopedias, wikipedias, páginas webs, libros, revistas, discos, casettes y CDs sobre el tema (Cómo hilo ¿eh?). También tengo claro que no soy un experto en la materia, pero mira, los ministros tampoco saben lo que hacen, y ahí les tienes. Y además, yo lo hago gratis. Creo que es necesario hacer una revisión de los diferentes estilos musicales. Hay mucha confusión entre géneros y, aunque tampoco os voy a sacar de dudas, vamos a dar unas pinceladas. Sobre la historia, lo sabemos casi todo. Básicamente podríamos resumirlo en:

Sin orden y concierto

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Ya sé que la expresión es sin orden ni concierto, pero es que en el caso que os cuento esta semana no hay orden, pero sí concierto. Al menos había unos señores tocando. Cantar, lo que se dice cantar, poco y mal. Y es que eran los Hombres G.  Ahora viene la explicación. ¿Qué hacía yo viendo a estos señores? Pues eran las fiestas de mi pueblo (o ciudad, para que no se enfade nadie), y era una excusa para ver a amigos y tomarnos algo juntos. Excusas, dirás.  ¿No será que te gustan?  Pues no te diré que les odie, me parecieron divertidos en su momento y algún disco de ellos compré (todavía se compraba discos en aquella época), pero de ahí a decir que me gustan… Lo mejor de los Hombres G es que no se disfrazan de mamarrachos para tocar una guitarra. La voz del cantante no ha empeorado con los años (era muy difícil que fuera a peor. Canta menos que un espía ruso) y suenan bastante bien en directo. Nunca han ido de nada, y cumplen lo que proponen, hacer pasar un rato divertido.