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Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

Haciendo las Américas

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O cruzar el charco, que también es otro de los topicazos que se utilizan para decir que se va a América. Da igual si es la del Norte, la del Sur o la de en medio, como dice mi sobrino (perdón a los de América Central, sólo tiene 9 años). Este post es para daros unos pequeños consejos (que espero no hagáis mucho o ningún caso), si viajáis a Estados Unidos. La famosa canción de Yo Tengo un Tío en América Preparar el viaje Antes de viajar a Estados Unidos tenéis que rellenar más papeles que para una boda. En realidad no tengo muy claro el trámite para casarte, pero para ir a USA necesitas cumplimentar algún que otro formulario. Tú oponte a todo, como el PP cuando no está en el gobierno.  Di a todo que no, o puedes tener algún que otro problema. Para los que no sepáis inglés, lo que quieren decir es que si vas a cometer alguna actividad criminal o inmoral mejor no vayas. También te preguntan si has tenido algo que ver, entre 1933 y 1945. con la Alemania Nazi o sus

Ven a la escuela de calor

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¿Os acordáis de la canción de Radio Futura? Tiene que estar bien lo de ir a una piscina privada en la que las chicas desnudan sus cuerpos al sol. ¡Hace falta valor! Pues ahora que estoy en el país donde fabrican la lluvia, también puedo decir que aquí también se está agustito. No os engaño ni me ha patrocinado el post la Oficina de Turismo de Irlanda. ¡Estamos a 26 grados y hay sol! Y dicen que por Inglaterra hay una “jit güeif”, que es ola de calor, pero ellos como son más sofisticados, lo dicen así. Pero aquí no hay piscinas privadas, y si las hubiera o hubiese, serían climatizadas porque para utilizarlas un par de veces al año, no te vas a gastar la pasta en fruslerías (palabra casi tan bonita como bagatela, amén de sinónima).  Ni las chicas desnudan sus cuerpos al sol. Se ponen bikini y ese color níveo (nada de publicidad, es una forma de decir blanco, que os lo tengo que decir todo), pasa en cuestión de horas a color codillo. ¿Queréis saber más cosas sobre el calo

Hasta los cajones

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Dicen que las mudanzas son una de las situaciones más estresantes del mundo. Ahí discrepo. En general, no es nada del otro mundo… la de los demás, pero si te toca a ti, ya es otra cosa. Es una putada como la copa de un pino (¿De dónde vendrá esta expresión)? Además de trasladar tus cosas de un lado a otro, ropa, muebles y demás enseres (¡Qué palabra tan bonita!) que ya de por sí es jodido, también está el comprar nuevas cosas, papeleo, cambio de domiciliaciones, dar de alta servicios como el teléfono, Internet, luz. Vamos que no se lo deseo a nadie. Yo creo que a Dios se le olvidó una plaga de mudanzas entre las que envió a Egipto para darles un escarmiento. No quiso cebarse con ellos.  Uno de los protagonistas principales en toda mudanza son las cajas, cajitas, cajones y demás variantes del mismo elemento tomadas de millones en millones. No sabías que había tantas cosas en una casa tan pequeña. Da igual que salgas de un apartamento de 25 metros cuadrados a una mansión de

Sin orden y concierto

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Ya sé que la expresión es sin orden ni concierto, pero es que en el caso que os cuento esta semana no hay orden, pero sí concierto. Al menos había unos señores tocando. Cantar, lo que se dice cantar, poco y mal. Y es que eran los Hombres G.  Ahora viene la explicación. ¿Qué hacía yo viendo a estos señores? Pues eran las fiestas de mi pueblo (o ciudad, para que no se enfade nadie), y era una excusa para ver a amigos y tomarnos algo juntos. Excusas, dirás.  ¿No será que te gustan?  Pues no te diré que les odie, me parecieron divertidos en su momento y algún disco de ellos compré (todavía se compraba discos en aquella época), pero de ahí a decir que me gustan… Lo mejor de los Hombres G es que no se disfrazan de mamarrachos para tocar una guitarra. La voz del cantante no ha empeorado con los años (era muy difícil que fuera a peor. Canta menos que un espía ruso) y suenan bastante bien en directo. Nunca han ido de nada, y cumplen lo que proponen, hacer pasar un rato divertido.

Esas pequeñas cosas

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Además de una de mis canciones favoritas, el título del post viene a cuento de lo que voy a hablar. Son esas cosas que pueden no parecen importantes, pero que te alegran el día. Antes de que sigáis leyendo, aviso (no soy traidor). No voy a hablar de sexo (¿queda alguien leyendo?), y procuraré no ser demasiado escatológico (ahora sí que me he quedado solo).  Además lo del sexo, no es una cosa pequeña (sin entrar en el tamaño propiamente dicho que cada uno) y no sólo te alegra el día, sino que te alegra la vida.  Tampoco hay que tomárselo tan en serio como el amigo “Clin Isvuz”.  Es un poco más sádico en el tema de las alegrías. Para que sepáis de qué canción hablo, aquí os dejo el vídeo. Ya, ya sé que parece que Serrat va a soltar la guitarra y salir corriendo a perseguir a los malos en Miami, pero es que era 1987 y es la ropa que se llevaba en aquél entonces (¡Qué expresión tan viejuna). A algunos os parecerá que estas pequeñas cosas no son para tanto, y que soy muy si