Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

¿Más contento que unas Pascuas?

Habéis oído alguna vez lo de estar más alegre que unas pascuas ¿Verdad? O más contento. El caso es que las Pascuas son felices por naturaleza. Pascuas Felices o Felices Pascuas, que el orden de los que se alteran, no varía (igual debo repasar la propiedad conmutativa).

Luego está lo de hacer la pascua. Ahí ya dejas de estar contento. Todo iba bien hasta que te hacen la pascua. Y todo lo que era jijijajá y navidad jubilosa… ¡A tomar por saco! ¿En qué quedamos entonces? ¿La pascua es feliz o es más molesta que un mensaje de voz de 5 minutos en Whatssap?

Este año va a ser diferente. Unos, porque echaremos de menos a gente que se nos ha ido, y que no va a volver a casa, ni siquiera por Navidad. Otros no podrán viajar a las ciudades en las que suelen celebrar las fiestas. Otros porque no estarán entre los elegidos por sus familiares y/o allegados y tendrán que esperar a pasar a la siguiente fase.

Yo, y perdonad que hable de mí, pero es lo que tiene escribir en un blog personal de personas humanas, este año no iré a casa por Navidad. Quiero decir, en casa estaré, y espero cenar en Nochebuena, y comer en Navidad, y ver a María corriendo porque el chocolatillo se lo están comiendo. Rin, rin. Yo me merendaba, yo me merendé… Igual también debo repasar los villancicos y el resto de tradiciones navideñas

Lo de no ir a España tiene sus ventajas e inconvenientes. Vamos a empezar por las cosas malas. Cuanto antes nos lo quitemos de encima, mucho mejor.

Inconvenientes

  • No estar con tus seres queridos. E incluso con la familia (ellos saben que es broma) o allegados. Por cierto ¿Sabéis quién “allegado”?

  • Me voy a perder lo de dar besos y abrazos al resto de hamsters (o hámsteres) que aún tenemos 12 uvas en la boca para desearnos Feliz Año

  • Como sabréis, estoy en Suiza, y aquí la comida no es que esté mala, pero comemos mejor en España (modo cuñao on). Aquí rellenan el pavo con queso, o relojes (que tampoco es mala opción) y lo sirven con un cuchillo suizo. Son suizos y muy suizos ellos.

  • Ya lo estoy viendo, se me van a olvidar las uvas. Que aquí no hay uvas en todas partes el día 31. Y seguro que no puedo comprar sólo 24 (somos 2 en casa). Y no será una uva buena. Y te la tienes que pelar. La uva.
  • ¡Rápido, haced como que no he dicho nada y sigamos con otra cosa! No me sé ningún villancico en alemán. Kampanen über Kampanen no sería una traducción muy literal. ¡Voy a probar con el Ay del chiquirriquikleinen! (suena a galletas chungas… habrá que aceptar cookies).

  • Polvoronen, roskonen, mazapanen…. Mira que son raros con sus postres y dulces. ¿Los suizos comen suizos? Habrá que “conformarse” con chocolate. 

  • Me voy a perder los anuncios de colonia. Esos en los que hablan con acento “fgancés, y todos son muy guapísimos y están en Paguí… Los anuncios de colonia aquí tampoco los entiendo, pero es que tienen un acento un poco cerrado.

Ventajas

  • Papá Noel llega antes a Suiza. Se pasa por un banco para sacar “cash” y tener dinerito para los regalos. Los reyes, sin embargo, son más de venir por aquí a abrir cuentas en el banco.
  • No ir a ninguna cena de empresa y ver a Romerales (o Quintanilla) ponerse piripi y pedir Piña con Malibú (cualquier cosa con piña debería estar prohibida, menos la piña sola, o piña on the rock).
  • Este año no veré a gente quejándose lo caros que están, como todos los años, los putos percebes.
  • No hay que pegarse por elegir el canal para ver las campanadas. Que si la Pedroche, un señor de Cuenca, los Morancos… En casa veremos Ana “Obregóntiburucoechea” que será la que salga en la TVE Internacional… Aunque a lo mejor habla en otro idioma… Yo seguiré los consejos de siempre. Primero los cuartos y luego… Mejor os llamo que a esa hora no tenéis nada que hacer.

  • Aquí también hay concierto de Año Nuevo y saltos de esquí… Y pillan más cerca… Básicamente porque la tele es más grande que la que tenemos en Madrid. No porque vayamos a ir “Ketechinguen” o como se llame el sitio en el que saltan. O a Viena a dar palmas palmitas.

  • Si te gusta la nieve, estás en el sitio correcto. Aquí exportan para otros sitios. Y el ayuntamiento te pone decoración navideña de oficio… O por lo menos a nosotros nos la ha puesto en la farola de al lado de casa.  Tendremos enchufe ¡Perdón! 😉 

Pero lo mejor de todo es que se acaba el 2020. ¡Vamos a despedirle como se merece!


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