Blog de Javier Merchán. Ríete tú de las fake news de Donald Trump. Me invento todos los contenidos, pero no espero que nadie se los crea.
Escribo sobre cosas importantes sin tomármelas en serio.
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
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¿Si pruebo con poesía aunque sea sólo un día?
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En el blog he escrito sobre muchos temas. 6 años dan para muchas chorradas.
Cosas que me ocurren, otras que me
podrían haber ocurrido, alguna que otra invención, noticias, entrevistas de
actualidad, temas candentes (que vete tú a saber qué significa candente… Es
algo sobre cómo cocinar los espaguetis para que queden perfectos ¿No?).
Pero nunca he escrito poesía. Jamás. Never, ever. Ni en el blog, ni en un
cuaderno, ni ná de ná. Ni siquiera en el cole cuando me gustaba una niña (que
se llamara Carlota, no ayudaba en las rimas), o en las puertas de los baños
cuando era adolescente, que es cuando se escriben poesías con sentimiento.
Alguna vez tenía que ser la primera. Así que vamos a intentarlo, pero eso
sí, no pidáis virguerías… No esperéis sonetos, romances, o versos
enciclopédicos (o como quiera que se llamen los versos)… Eso sí, también
prometo que no voy a tirar de rimas fáciles, usando el número 5 o con agua
Bezoya y partes del cuerpo masculinas.
Dejadme que utilice algunas licencias, poéticas por supuesto. Allá vamos…
No es fácil encontrar temas
Para escribir un poema
De momento voy tirando
Luego ya lo iré cambiando.
Quizá por el ser el primero
Que escribo en el mes de
enero
Sea horrible ¿Qué queréis?
Mejor no lo evaluéis
Esto ya no hay quien lo pare
Ya he cogido carrerilla
Dios os coja confesados
¿Buscáis una jeringuilla?
A medida que lo escribo
Me arrepiento, os lo prometo
Pero me he comprometido
Y no me puedo estar quieto
¿Qué esperabais? Un Neruda
O quizá un Ruben Darío
Por cierto, no tengo duda
Menudos cracks esos tíos
No es fácil, tiene su miga
Buscar rimas me fatiga
Y es que a mí lo de pensar
No me acaba de gustar
Mirad a Miguel Hernández
Las Nanas de la Cebolla
Sin usar palabras clave
Como llorar y una olla
Recuerdo cuando estudiaba
La Generación del 27
Y también la del 36
No es sencillo, no penséis
Os acordáis de Leonardo
Dantés?
¿Cómo? ¿Que no sabes quién
es?
Ese señor que bailaba con un
pañuelo,
Con peluca, arrítmico y cara
de lelo.
Diréis que no es complicado
Si el señor raro ya lo hizo
A ver cómo el verso acabo...
Pues pongamos un erizo
Podéis decir que al ser más
breve
Me lleva menos tiempo pensar
el modo
De escribir estos versos, que
son 8 o 9
O puede que quizás sean más,
¿Seré bobo?
¿Te puedes creer que en esto
He tardado un par de días?
No es rentable os lo aseguro
El mundo de la poesía
Esto se va haciendo largo,
Tranquilos, ya me hago cargo
Lo terminamos aquí
Tan contentos ¿A que sí?
He tratado d incluir
diferentes rimas y formas de poesía utilizando diferentes técnicas con el
objetivo de…. ¿A quién quiero engañar? He estado rimando y le llamo poema… Pido
molestias por las disculpas… ¿O es al revés?
A veces, cuando me pongo a pensar sobre qué escribir en el blog, se me ocurren muchas cosas. Luego me doy cuenta de que alguien ya ha escrito sobre ello, y el cabrón o cabrona lo ha hecho mejor. Otras veces tengo una idea y cuando llevo un buen rato escribiendo, me digo “pero si de esto ya he hecho un post”. Y otras veces, directamente no pienso. Esta vez voy a escribir sobre cosas que ya se han escrito. Pero vamos a hacerlo de otra manera. Y os explico por qué. Pues “resultadeque” estaba leyendo una crítica de una película y no terminé de entender si me estaban recomendando verla, si era muy mala, o me comprara un Opel Corsa. No comprendí nada. Yo creo que los críticos de cine, como escriben a oscuras en la sala de cine, pues luego no entienden lo que han puesto y tienen que inventar, y de ahí lo de “la levedad inescrutable del personaje tiene connotaciones que nos recuerdan el sufrimiento crónico de la sociedad en un ambiente que recela de todo…” Y ahí estás tú l
Esta semana no me voy a meter con las cosas religiosas, a pesar del título (y de que a veces te ponen las cosas a huevo). Aunque los que pintan algo en la iglesia (no me refiero a la señora que hizo el garabato en Borja), se metan en las cosas de los demás, no lo voy a hacer yo. No hagas a los demás que te hagan como yo quiero al prójimo… (Creo que es algo parecido, pero es que ese día me cambié a Ética y me perdí la clase de “Reli”). Esta semana os quería hablar sobre los nombres. Pero no el nombre del padre o del hijo (de verdad que hay nombres de hijos que son para matar al padre y para que le dé un ataque al Espíritu Santo. No tenéis más que pensar en algún Kevin Costner de Jesús, “Yosuas” y Samantas). Hablaremos de los nombres comunes. Hay padres hijos de… Porque vamos a ver ¿Quién pone el nombre de las cosas? A los animales, a las flores, a las ciudades… ¿Dónde está el responsable? ¿Con quién hay que hablar para que se ponga orden? ¿Y qué es este sindiós de
Oscar, Goya y otros señores que dan premios a los peliculeros El otro día estuve viendo (ya, ya sé que esta es la típica forma de empezar un monólogo, pero es que así fue) la gala de los Goya y me detuví (¿O se dice detenguí?) a pensar. No me pasa muchas veces. Lo de detenerme sí, me refiero a lo de pensar. Y pensé que todas estas galas, los Goya, Oscars y todos estos señores que se dedican a dar premios, son muy similares, por no decir parecidas (o como se diga). Sale una señora, o un señor, a presentar la gala. Y canta, y baila, y cuenta chistes, y sonríe, y habla con el público y se mete con las autoridades competentes y otra vez a sonreír. Y volver a presentar a gente que entrega los premios al mejor guion, a la mejor actriz, la mejor iluminación, y la música más original, a la música menos original y así hasta que eligen la mejor película. Todo ello votado por los señores de una Academia. Y cada vez es una academia distinta. Y son academias que no conoce nadie, ni siqui
Tienes razón
ResponderEliminarNo es lo tuyo
Así que
Vuelve a la prosa
O acabarás
En el trullo
JAJAJA!
A ese lugar no me gustaría ir,
EliminarQue hay mucha gente y alguna de malvivir :)
¡Quién se iba a imaginar
ResponderEliminardándole a la poesía
el nuevo Javier Merchán!
¡Pues no era tontería!
ibb