Blog de Javier Merchán. Ríete tú de las fake news de Donald Trump. Me invento todos los contenidos, pero no espero que nadie se los crea.
Escribo sobre cosas importantes sin tomármelas en serio.
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He ...
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Consejos veraniegos para los veranos
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Para los que decís que no escribo más que “tontás” en el blog, no os voy a
llevar la contraria. Es cierto. Pero en esta ocasión igual sirven para algo. Os
voy a dejar unos consejos veraniegos para los veranos.
Lo mejor es que sirve para cualquier verano, no caducan, incluso para los
países que están boca abajo. Esos que van a contrapelo. Aquellos del semicírculo
polar de Capricornio y el uso trópico de Greenwhich (igual tengo que volver a
repasar algunos conceptos). Los que están en otro hemiciclo, para que me
entendáis.
Vamos con los consejos.
¿Playa o montaña?
No, no voy a haceros un examen tipo test con preguntas carne o pescado,
pelo o pluma, Justin Bieber cantando Despacito y Suicidio Rápido. El consejo es
que una vez decidáis a dónde vais llevéis la ropa adecuada. Por ejemplo en la
montaña unas chanclas, bermudas y la sombrilla puede ser poco recomendable. Que
no digo yo que no lo llevéis, pero que no le vais a dar mucho uso. La toalla sí
que la recomiendo en playa o montaña. Si os vais a bañar en el mar es probable
que las botas con pinchos no os sirvan de mucho. Aunque a lo mejor ya os
lleváis unas merluzas puestas y habéis aprovechado el chapuzón. Ya sabéis de
dónde viene lo de la merluza de pincho.
¿Cuándo nos vamos?
Para que estos consejos sean
realmente útiles es mejor que te vayas en verano. Ya os he dicho que no en
todas partes el verano es al mismo tiempo. Por ejemplo en El Corte Inglés puede
que todavía sea primavera. En algunas tiendas es invierno porque ponen el aire
acondicionado a 15 grados centrífugos bajo el nivel del mar. Para saber exactamente
cuándo es verano, lo miráis es Google, que no lo voy a hacer yo todo.
Eligiendo medio de locomoción
Esto es fundamental también.
Una vez que ya sabes dónde vas, lo ideal es elegir el medio de transporte. Por
ejemplo, si vas al pueblo, en Guadalajara, y vives en Madrid, no te recomendamos
el avión. De nuevo, que no es por quitarte la ilusión de volar, pero igual
tardas más en llegar al aeropuerto, facturar, y presentarte en México, que también
tienen una Guadalajara, pero pilla un poco retirado. Aunque tiene que ser muy
bonito, porque está en un llano y México en una laguna. Te lo cuenta Jorge
Negrete que es un señor que llevaba sombreros de esos de los que se compran los
“guiris” en Barcelona.
El que más se adecue a tus necesidades
Esta es una de las frases más
utilizadas por los señores de Marketing. Para que suene más profesional, yo
también la voy a usar. Seguimos con la elección del medio de locomoción. Ir en
coche hasta Guadalajara, la de México, puede que se adecue a tus necesidades
porque el billete de avión es caro. En barco se tarda un huevo (desde Madrid
algo más todavía, el Manzanares es muy estrechito). Un taxi te puede salir por
un pico también, aunque pidas un Uber que te dan una botellita de agua. El caso
es que puedes optar por no ir a Guadalajara, aunque esté en un llano, o te vas
en avión.
La maleta, la mochila, el bolso
Uno de los mejores consejos
que te puedo dar es que no te olvide de llevar la maleta, o un sitio en el que metas tus cosas
(un banco en Suiza no cuenta)contigo. Que hay gente que hace la maleta, la
cierra con mucho cuidadito con su candado, con su etiqueta (la del precio, no,
en la que viene tu nombre, dirección, grupo sanguíneo, grupo de música favorito…)
Todo, y luego vas y la dejas en cualquier lado. Ya te lo dicen en los
aeropuertos, “No deje sus maletas desatendidas en ningún
momento”.
Y es que las maletas también tienen sus sentimientos. A nadie le gusta que le
dejen sin atender. Ya lo conté en un post anterior. 10
consejos para llevarte bien con las maletas.
Protege tu domicilio
Domicilio, es donde vives,
que viene del latín, domi (casa) cilio (hipoteca), el el sitio por que el tienes
que pagar un huevo para vivir. El caso es que se va de vacaciones, a no ser que
en la familia hagáis turnos para iros de vacaciones. Una opción cojonuda si no
te llevas bien con la familia. Este consejo es gratis J. El caso es que hay que procurar
que no te roben tu casa, lo de dentro. Si se llevan tu casa de sitio, es un
problema aún mayor. A lo que vamos. Que te aconsejo que pongas una alarma, un
tigre de bengala (o de otro sitio) en la entrada o aún mejor, pon la canción de
“Despasito” a toda leche, todo el tiempo, 24 horas durante 15 días. Por allí no
se atreve a pasar nadie. Ni los vecinos (ya te entenderás con ellos a la
vuelta)
Bebe al menos dos litros
Estos consejos que te dan la
autoridades competentes (yo no tengo autoridad ni competencia. Soy único J) ya no hace falta que te los repita que ya para eso nos lo dicen una y
otra vez. Vete por la sombra, bebe mucha agua, evita las horas centrales de
sol, ponte cremita. Que menos mal que nos lo dicen ellos, que si no iríamos por
Sevilla a las 4 de la tarde, con abrigo de piel, con una cantimplora de coñac).
Los guiris como no ven la tele española, se despistan… Eso sí, lo de los dos
litros si lo cumplen… pero es que el agua les sienta mal.
Las dos horas de digestión
¿Os acordáis de que había que
cumplir las dos horas de digestión después de comer? Pues eso sigue así. Por ejemplo
estás de vacaciones en el Himalaya a punto de subir al Everest. Pues después de
comerte una paella (que allí las hacen muy ricas) con tu sangría, un helado, y
un licor de hierbas, pues hay que hacer la digestión. En la playa hay que
meterse con cuidado, procurando que no haya tiburones u orcas asesinas. Aquí ya
estaríamos hablando de la digestión de los bichos en cuestión, pero no es cosa
de preguntarles si han “merendao” o están con hambre.
No te vayas “pa lo hondo”
En el caso de la playa, mi
consejo es que es mejor no irse “pa lo hondo”. Aunque nades muy bien, hay
criaturas marinas que nadan mejor, igual con menos estilo, pero son más rápidas
y tienen muy mala uva. Por ejemplo las medusas que tienen dos o tres neuronas,
una la tienen para nadar y la otra para dar por saco al que nada a su lado. Y
en lo hondo hay muchos bichos con muy mal genio… aunque digan que en el fondo son
buenos.
No te subas a lo alto
Que sí, que hay muy buenas
vistas, que el aire está muy limpio, pero ¡Que te bajes de ahí te he dicho! ¿No
ves que ahí no hay oxígeno y te puedes quedar trastornao?. Pues eso, que lo de
subir montañas está sobrevalorado, que luego hay que bajarlas, y el camino está
muy poco asfaltao, que no hay señales ni nada. Tu verás lo que haces, yo te he
avisado.
Cuidado con los deportes extremos
Y no me
refiero al puenting, rafting, Sporting (aunque sea de Gijón)… Esos los doy por
descontado. Niños, no lo hagáis, ni en casa, ni en ningún sitio. Os aconsejo
que no vayáis a la piscina a la hora en la que están los adolescentes tratando
de impresionar a las “adolenscentas” o pasear por las playas con alto índice de
partidos de palas (que aquello parece “güinbeldon” o “Golan Gagó”), o tratar de
plantar la sombrilla en Benidorm a las 11 de la mañana. Y es que las sombrillas pueden ser muy
traicioneras.
Avisados
quedáis. Yo por si acaso me voy de vacaciones y ya os contaré a la vuelta si he
cumplido mis propios consejos. Nos leemos en unas semanas ¿Vale? Yo me voy con la música a otra parte.
A veces, cuando me pongo a pensar sobre qué escribir en el blog, se me ocurren muchas cosas. Luego me doy cuenta de que alguien ya ha escrito sobre ello, y el cabrón o cabrona lo ha hecho mejor. Otras veces tengo una idea y cuando llevo un buen rato escribiendo, me digo “pero si de esto ya he hecho un post”. Y otras veces, directamente no pienso. Esta vez voy a escribir sobre cosas que ya se han escrito. Pero vamos a hacerlo de otra manera. Y os explico por qué. Pues “resultadeque” estaba leyendo una crítica de una película y no terminé de entender si me estaban recomendando verla, si era muy mala, o me comprara un Opel Corsa. No comprendí nada. Yo creo que los críticos de cine, como escriben a oscuras en la sala de cine, pues luego no entienden lo que han puesto y tienen que inventar, y de ahí lo de “la levedad inescrutable del personaje tiene connotaciones que nos recuerdan el sufrimiento crónico de la sociedad en un ambiente que recela de todo…” Y ahí estás tú l...
Esta semana no me voy a meter con las cosas religiosas, a pesar del título (y de que a veces te ponen las cosas a huevo). Aunque los que pintan algo en la iglesia (no me refiero a la señora que hizo el garabato en Borja), se metan en las cosas de los demás, no lo voy a hacer yo. No hagas a los demás que te hagan como yo quiero al prójimo… (Creo que es algo parecido, pero es que ese día me cambié a Ética y me perdí la clase de “Reli”). Esta semana os quería hablar sobre los nombres. Pero no el nombre del padre o del hijo (de verdad que hay nombres de hijos que son para matar al padre y para que le dé un ataque al Espíritu Santo. No tenéis más que pensar en algún Kevin Costner de Jesús, “Yosuas” y Samantas). Hablaremos de los nombres comunes. Hay padres hijos de… Porque vamos a ver ¿Quién pone el nombre de las cosas? A los animales, a las flores, a las ciudades… ¿Dónde está el responsable? ¿Con quién hay que hablar para que se ponga orden? ¿Y qué es este sindió...
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He ...
Gracias por tus consejos, creo que si los seguimos al pie de la letra, tendremos unas vacaciones maravillosas.
ResponderEliminarBuenas vacaciones, pero, porfa, vuelve. Necesitamos seguir leyendo y disfrutando tu blog...
ResponderEliminarBesotes,
ibb
Haré caso de tus consejos para este verano. Eh!!.
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