Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como camarero

Así fue o podría haber sido

Imagen
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

¡Camarero! ¡Una de post!

Imagen
¡Camarero! ¿Qué? ¡Camarero! Una de post. ¿Una de post? Una de post, o me llevo a esa mujer, o entre los tres nos organizamos… si puede ser. No os voy a hablar de llevarme mujeres, ni de organización. Tampoco de Luis Eduardo Aute, Si no de los camareros. De esos a los que quiere liar siempre Reina, el portero de fútbol en todas las celebraciones. Si después de ver el vídeo no tenéis ganas de matar a Reina, al portero (matar a Su Majestad está muy feo y seguro que pasas más años en prisión… Que no digo yo que esté bien matar a Pepe Reina y que seguro que también es delito… ¿no?) os invito a seguir leyendo sobre los camareros y camareras, sean o no de tu amor. No se va a acordar, no se va a acordar… Esos camareros o camareras que llegan a esa mesa en la que está la familia de celebración y cada uno pide una cosa distinta. Dos cafés solos, uno con hielo, descafeinado de máquina en vaso con leche de yegua mozárabe, un cortado con leche fría, te con sacarina, bueno mejor sin s

Gente que va a las bodas. Capítulo II, los señores que aunque no quieran, van

Imagen
En el capítulo anterior os contaba la clase de mujeres que van a las bodas. Te preguntarás si a las bodas que voy, no hay hombres. Los hay, y aunque algunos no quieran ir, van. En esta segunda parte, vamos a hablar de los señores, los que comen naranjitas y limones (o eso dice la canción, ¿Dónde cojones están esos señores que comen esas mierdas?). Vamos al lío. Lo hacemos cortito, para que puedas llevarte la chuleta y reconocer a todos los señores que hay en las bodas. Los 11 principales, como un equipo de fútbol. Con el número uno…