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Mostrando las entradas etiquetadas como Mourinho

Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

10 pruebas irrefutables de que las vacaciones no son lo que eran

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Las redes sociales han cambiado las vacaciones. No digo que sean mejores ni peores, son diferentes. Es un hecho irrefutable. ¿A ver quién es el guapo o guapa (que no voy a discriminar a nadie) que lo refuta? Lo que quiera que signifique refutar (suena a una jugada de fútbol. Aquí vemos a Fulanito Jr celebrar el gol que ha marcado por la escuadra tras un portentoso refute). Las vacaciones las podríamos distinguir entre AR (nada que ver con Ana Rosa, que seguro que está disfrutando de sus merecidas vacaciones… tópicos típicos que se dicen en estas fechas señaladas) y DR. Donde R es redes sociales, A es antes y D, como os podéis imaginar sin necesidad de estudiar física cuántica (como si la distinguiera de la que no es cuántica) es Después. Y aquí va mi explicación.

Ya habéis visto las noticias, ahora os contaré la verdad sobre el Brexit

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Han pasado ya unos días de lo del Brexit, y ya habréis leído todas las noticias. Para los más despistados, deciros que Brexit no es el nombre de pastillas para despejar la nariz (aunque algunos respirarán y otros no tanto después de esto) o un pegamento super-resistente, sino el referéndum para decidir si Gran Bretaña permanecía o no en la Unión Europea. Pues ya sabréis que los “Reinounidenses” han votado que sí, que se piran, que bye bye, que see you later Europe (not living a “selebreison”). Y os habrán contado las consecuencias que tiene para Inglaterra, para Irlanda del Norte, Irlanda del Sur, Escocia del Este, Gales del Oeste… También habrán explicado qué pasará con los españoles viviendo en Inglaterra, o los británicos afincados en “Fungurola”, “Marbela” o “Lansarouti”.  Y por supuesto, todos los análisis sobre qué supone el brexit para la economía de Europa, las empresas españolas, las británicas, las bolsas.  Las bolsas, ya os digo yo que las seguirán cobrando en

Nos siguen engañando

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¿Os acordáis cómo nos engañaban cuando éramos pequeños? Si no lo recordáis, no pasa nada, nos siguen engañando ahora que somos mayores. No, no hablo de los políticos. Bueno también. Los políticos nos engañaban antes, lo hacen ahora, y lo seguirán haciendo por los siglos de los siglos (siento ser pesimista con este tema, pero creo que esto no cambiará nunca).  Pero no vamos a echar la culpa de todo a los políticos. Al fin y al cabo, y aunque no lo parezca, ellos también son personas. A lo que me refiero en el título, es que desde que somos pequeños vivimos en la mentira, o utilizando el vocabulario de los políticos, nos dan explicaciones o declaraciones que no se ajustan a la realidad en forma parcial o total.  Los mayores te dicen: “ Ya lo entenderás cuando seas mayor ”. Y te haces mayor y tampoco lo entiendes.  Y no será porque tú no preguntas. Hay una época de la vida en la que los niños se pasan preguntando ¿por qué? una media de 50 veces al día. Hay algunos que incluso de

Españoles y Lusos

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Pues se acabaron las vacas para un servidor.  ¿Qué le vamos a hacer? No todo va a ser orgía y desenfreno.  Ya se sabe que la alegría dura poco en la casa del pobre o como dice mi padre.  “Si en casa del pobre entra una merluza, uno de los dos está malo”. A lo que iba. Este año ha tocado una vuelta por Lisboa y unos días de playa en el Algarve.  La capital lusa (tópico donde los haya junto a marco incomparable, serpiente multicolor y el siempre difícil Reyno de Navarra), es una ciudad preciosa pero con desventajas, las putas cuestas. Es como Toledo, pero con más cuestas, el Tajo lo llevan de serie también.  El Algarve es como Andalucía, playas preciosas, chiringuitos por todas partes, restaurantes de comida buenísima y en algunos casos, horrible, pero con señores que hablan con la boca cerrada. Los portugueses hablan como Aznar, sin mover el bigote, (sin ánimo de ofender por el tema del bigote, ni por Aznar). Bastante tenemos ya con la crisis en la Península Ibérica como para