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Mostrando las entradas etiquetadas como Argentina

Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

Los guiris II: todo lo que crees que sabes sobre ellos y no tienes ni idea

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Decíamos la  semana pasada en el capítulo 1  que los guiris no saben nada de España y que lo poco que conocen son los estereotipos. También hicimos una encuesta (quien dice hacer, dice inventársela) sobre lo que sabemos los españoles sobre otros países. En esta segunda entrega (ya sabéis que en septiembre se venden todos los colecionables. Yo regalo los fascículos. Las tapas que cada uno se las pida en su bar habitual) seguimos hablando de las cosas que conocemos de otros países y sus habitantes (no, de todos no, así en general, que si no me va a quedar un post muy largo).  Vamos con otros países y sus cruces de caminos y crisol de razas (es de esos tópicos que siempre quise incluir y que no me cuadraba en ningún sitio). Aquí tampoco pero ya no hay vuelta atrás:

Separados por el mismo idioma

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¿Os habéis parado a pensar cuántas veces os pasa que hablando el mismo idioma y utilizando las mismas palabras, no nos entendemos?   Ya no hablo de no comprender a Michael Robinson (ya me gustaría hablar inglés como él habla español… y ya les gustaría a otros hablar español como lo hace él), ni de las diferencias entre el lenguaje de los hombres y las mujeres y esas discusiones estúpidas por el famoso: “¿Qué te pasa?".  Si un hombre te dice: “Nada” es que seguramente no le pase nada… ni siquiera está pensando, o estará analizando la última alineación de Vicente Del Bosque y el falso nueve (Cuenta la leyenda que hay hombres que no sólo piensan en sexo o fútbol). Pero si lo dice una mujer, échate a temblar.    Esto da para libros y enciclopedias, pero ya hay gente mucho más inteligente que yo que ya ha intentado explicarlo… sin ningún éxito por otra parte.   Me refiero a esas situaciones en las que una misma palabra significa cosas totalmente diferentes en unos países, o en