La vuelta

Como decíamos ayer, bueno, algo más de un mes, he estado dando una vuelta. Casi 4.000 kilómetros. También he hecho algún que otro kilómetro andando, pero muchos menos y algo más despacio, que para eso estaba de vacaciones. El caso es que hemos ido, y vuelto, desde Suiza a España. No, no hemos visto a Corinna. Ni al Rey. Ni a un triste marqués. Tampoco a un marqués alegre. Debe ser que los nobles no son para el verano. Como las bicicletas… Ya me estoy liando. Por si tenéis curiosidad, hicimos etapas como en una vuelta ciclista. De Zúrich a Ginebra (sin alcohol), luego a Andorra pasando por Francia (pasar por la República Checa habría estado bien, pero era demasiada vuelta. Y luego a Almenara, Castellón. Más tarde Madrid, de ahí a Logroño (qué buena rima tiene esta ciudad), Clermont Ferrand (que no es el nombre de un señor de Francia, aunque podría serlo) y vuelta a Zúrich. Casi los mismos kilómetros que en el Tour de Francia, pero a nosotros no nos animaba nadie, ni nos daban bote