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Mostrando las entradas etiquetadas como tristeza

Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

¿Estástriste? No estéstriste

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“ Priviulsy”os contaba la historia de un señor futbolista que estaba muy triste y que poco después ya dejó de estar triste porque se fue a Paguí y le preparaban cenas de picoteo. Y la gente le decía: “Pués no estarías tan triste” “Vaya una tristeza de quita y pon”, “No entiendo porqué uno tan rico llora por irse de un sitio”. ¡TE HE DICHO QUE NO LLORES! Hemos pasado del “¿Y tú de qué te ríes?” al “¿Y éste por qué llora?”. Como si la gente no pudiera llorar o reír independientemente del dinero que tengas. No tienes derecho a llorar. Y la razón es que no puedes llorar porque eres rico. O porque eres guapo. Imagínate una chica guapa, rica, con éxito. Es imposible lo se entistr, entret, eintri … llorar. No tienes derecho. ¿TE HE DICHO YA QUE NO LLORES? Pues no llores. Os imagináis que.. Las cosas se piden de otra manera Un niño, o niña, tiene hambre y llora. Tiene sueño y también llora. Le duele algo y ya estamos otra vez con la lágrima. Claro que podrían pedir las cosas con educació

Más triste que los tres tigres

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Siempre que empiezo a escribir un post, pienso: “hoy sí, hoy voy a hacer un post cortito”. Y nunca baja de mil palabras, casi 5 páginas de Word con sus dibujitos, chistes, muchos malos, otros peores, alguno bueno… También podría poner una imagen, y me/os ahorraba mucho tiempo.     Para escribir un post pienso un tema, a veces, como estas últimas semanas, no hace falta pensar mucho sobre qué escribir. Lo pienso, tomo notas, dejo reposar las ideas (en plural, como si tuviera muchas ideas 😊 ), sigo dando vueltas a la cabeza (como la niña del Exorcista) y luego escribo el post… Casi siempre, muy largo. A menudo, según estoy tecleando, digo, “Pero ¿Qué estoy escribiendo?” Lo digo para mis adentros (intestino grueso y delgado mayormente) y me pongo a hacer otra cosa. Otras veces me sale todo del tirón, y pienso: ¡Albricias! (lo que quiera que sea una albricia) ¡Este post sí que es bueno! El mejor de todos (es posible que tenga el síndrome Leticia Sabater y crea, ella misma, puede