Entradas

Así fue o podría haber sido

Imagen
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

¿Tú nunca? Estoy seguro de que al menos…

Imagen
No me digas que es la primera vez que escuchas una pregunta que comienza así: “¿Tú nunca? Así, con signo de interrogación por delante y por detrás. Para que se sepa que te están preguntando. Ya hablé alguna vez sobre las grandes preguntas de la humanidad . ¿A dónde vamos? ¿De dónde venimos? Si no estoy seguro de volver. ¿Compro billete de ida y vuelta? ¿Por qué la gente que ve Tele 5, ve Tele 5? Y ahora vamos con la segunda parte del título. Seguro que por lo menos una vez… Así con puntos suspenso r, suspendidos , con los tres puntitos para dar sensación de suspense. Como un examen de Paquirrín, o Kiko Rivera, o como le quieras llamar… El caso es que hoy os voy a dar ejemplos de cosas que nos han pasado a todos. Pero a todos. Sin excepción. Incluso a los chinos. A todos los chinos que hay en China y alrededores. Y a los alemanes, a los ingleses, sin necesidad de estar borrachos. También a los australianos, aunque viva tan lejos, e incluso a Donald Trump. Si, al final no so

Diario de un bebé

Imagen
O de una bebé, que para lo que vamos a hablar, daría más o menos igual. El sexo no es lo importante en el caso que nos ocupa. Tanto para el protagonista de este post como para sus progenitores. Que para los que sois de matemáticas, son los padres de la criatura. Digamos que el sexo ha tenido lugar antes del nacimiento. Del nacimiento del bebé. A la madre que le parió, es muy probable, que no le queden muchas ganas de sexo al poco de tener al bebé. Desconocemos los apetitos sexuales de la parte contratante de la segunda parte. A lo que vamos, que no voy a hablar de sexo, no vaya a ser que se escandalicen los del pin, o el pon, parental. Tampoco es plan de explicar a estas alturas lo de la abeja que se encuentra a una flor, y viene otra abeja por detrás y…. Al final me voy a liar y nos quedamos sin abejas ni flores. El caso es deberíamos escuchar más a los niños, que tienen muchas cosas que enseñarnos. En tres párrafos, ya me he quedado sin lectores. Ya he ofendido a los mat

Hospital y tal

Imagen
En el post de hoy vamos a hablar de esos momentos tan entrañables que pasamos en los hospitales.  Entrañable viene de entraña, pero ya llegaremos allí más adelante. El caso es que estos días estoy por España porque tenemos a mi tío enfermo. Digo tenemos porque le cuidamos entre muchas personas que le quieren mucho. Os advierto que voy a tener algunos momentos gominola. Algo blanditos, vamos. Pero no demasiado, que hay que guardar la compostura.  Como muchos de los que me leéis no controláis mi árbol genealógico, os pongo en situación. Mi tío Mariano es sacerdote y ha pasado media vida entre España y Ecuador. Es hermano mayor de mi padre y de ahí que le trate con familiaridad y mi hermana y mis primos le llamemos tío. Hay gente que le llama padre, pero esa es otra historia.  Y aprovechando que estos días ando de hospitales, vamos a hablar de algunas cosas que pasan en los hospitales cuando cuidas a un enfermo. Seré breve, porque estas visitas tienen que ser cortitas. Uno