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Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

Batman arreglando las cortinas

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Creo que en algún momento debería ir a mi psiquiatra y que me hiciera un reconocimiento. También sería muy bueno tener psiquiatra para que me conozca, y luego ya, cuando vuelva a consulta, que me reconozca, pero esa es otra historia. Lo del señor psiquiatro o señora psiquiatra, que para reconocerme me da un poco igual el sexo del especialista o especialisto, viene por lo del título. ¿A quién se le ocurre imaginarse a Batman arreglando las cortinas de su casa? Que es un señor superhéroe que tiene otras cosas que hacer como desfacer entuertos, luchar contra el mal, y hacer cosas propias de un señor rico que hace películas y series. Con lo amargao es Batman (que sonríe menos que la mujer de Donald Trump…. Bastante tiene la pobre) como para ponerle a medir cortinas, poner el bajo, sacarle la sisa, hacer pespuntes y esas cosas que se les hace a las cortinas para colgarlas. Y en esas estaba yo, arreglando cortinas, cuando me dio por pensar en Batman y en todos esos protagonista

Problemas del primer mundo

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Antes de nada, pediros disculpas por haber tardado algo más de la cuenta en volver a retomar el blog. Y como decía el alcalde de Villar del Río, os debo una explicación y esta explicación que os debo… El caso es que aparte de tomarme unas vacaciones, todo el mundo dice que merecidas… Me explico, cuando todo el mundo dice lo de las merecidas vacaciones es porque es una frase hecha, no es que la gente salga en manifestación para pedir que disfrute de unos días libres. En este tiempo, me ha dado tiempo a ir unos días a la playa, hacer más kilómetros de carretera que una orquesta de pueblo y a cambiar de país. Algunos ya sabréis que vivía en Irlanda, pero me parecía poco verde y ahora estamos en Suiza. Que tiene mucho verde también. Y montañas, y cabras montesas, que tiran al monte. Y ese es básicamente el motivo de haber estado sin escribir. Lo de la mudanza de país, no lo de las cabras. Aunque yo también tengo tendencia a irme por los montes o cerros que para el caso también son

Bye bye, bye, bye Ireland

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¿Otra vez contando cosas personales? Otra vez. Es lo que tiene un blog de una persona humana. Que a veces habla de cosas que le pasan. Otras, muchas, os he engañado (no os pongáis estupendos, que también lo hacen los políticos y encima hay que pagarles, yo lo hago gratis) y hablo de cosas que no han pasado, ni creo que pasen. Pues sí, otra vez contando cosas personales. Como ya os había comentado en anteriores posts me cambio de país. Siempre me había hecho ilusión tener una cuenta en Suiza y a veces los sueños se cumplen. Mucho dinero no va a haber en la cuenta, pero no se puede tener todo. Y antes de entrar, hay que dejar salir como dicen los carteles del metro (lo de los “ñuses” no lo dicen en el metro. Todavía) y no quería marchar sin despedirme de Irlanda. No soy muy amigo de las despedidas, pero os voy a contar algunas cosas que voy a echar de menos de este país.  Bye bye bye bye bye, see you now, ok, Mira que les gusta el cine americano. Y esas conversaciones por teléfono en l

Oír campanas y saber dónde o el síndrome del campanero loco

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El dicho es “oír campanas y no saber dónde”. Pero es que sí sé dónde están las campanas. Las putas campanas. Las tengo localizadas. Ahí arriba. Para hacer daño y que no puedas hacer nada contra ellas. Al que no encuentro es al campanero. El caso es que no tengo problemas con las campanas en general. Ni con todos los campaneros. Sólo con los de Suiza. Que tú dirás: “Pues no vayas a Suiza y asunto arreglao” Y tendrás razón. Pero es que la cosa se complica, porque en breve me voy a vivir allí. No con un campanero o a un campanario. A Suiza. Que sí, que es un país precioso, con sus montañas, lleno de suizos y sus cuentas suizas, más quesos que en casa del señor García Baquero, su chocolate. Pero tienen querencia por las campanas. Y si las dejaran quietas, yo sería muy fan. Pero es que las tocan. Mucho. Todo el tiempo y por la mañana con más ganas.   Y mira que a mí me ha gustado siempre La campana de Elgorriaga. O ese toro enamorao de la luna, que abandona por las noches la m

¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este?

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Aparte de ser una de las peores frases para intentar hablar con una chica en un garito, el título del post de hoy es también de una canción de hace muchos años. Cuando todavía se podía hablar en los garitos y la gente no se hacía selfies… con teléfonos. En el post de hoy vamos a hablar de esa gente que está en el lugar equivocado. No, no hablo de nuestros presidentes del gobierno, o de los políticos en general, o los chicos de Taburete en un concierto. Hablando de música, os dejo con unos minutos musicales para recordar la canción del título. Y no, el que toca la batería de “losbarning” (así se pronunciaba en Madrí) no es el frutero de 7 Vidas. ¿O sí? A lo que vamos, que hay gente que está en un sitio que en principio no le corresponde, como España en el festival de Eurovisión o un inglés ebrio en Benidorm. Ya, ya sé que soy injusto. No todos los ingleses se emborrachan en Benidorm. Algunos se emborrachan en otros sitios. Y la idea me vino viendo a unos malot