Entradas

Así fue o podría haber sido

Imagen
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

Diez cosas que les pasan a los Almendros

Imagen
No es que me haya dado por la “arbolistería”. Tampoco voy a hablar de poesía, aunque me haya salido un título muy bucólico (que aunque lo parezca, no es una enfermedad).  Muchos ya sabéis lo que es un almendro, pero por si acaso, lo explico. Lo de los Almendros viene por la gente que vuelve a casa por Navidad. Pero sobre todo, a los que vuelven de fuera de España. Sí amiguitos, hay vida más allá.   Hay versiones más antiguas del anuncio, pero viene siendo lo mismo En el anuncio de El Almendro vemos un claro ejemplo de los que vuelven. Vamos a evitar “confusionismos” e ir descartando personajes. La madre tiene bastante con arreglar el sombrero que se va a zampar el perro.  Hablamos del joven que llega a casa por Navidad. Pero hay muchos más, y a casi todos les pasa lo mismo. Que les ceban como si se lo fuera a comer la bruja de Hansel y Gretel y les abrazan y dan vueltas y un perro se les quiere subir encima… Igual lo de dar vueltas y que el perro pegue brincos no es lo

El pequeño Tim y otros once personajes que no conocías hasta que les viste en las películas

Imagen
Probablemente es uno de los títulos más largos que haya escrito para un post. Otros, con menos, te escriben un libro de autoayuda (que son esos libros que escriben los autores para ganar pasta, de ahí la autoayuda). Ya os comenté que en el cine hay muchas cosas que no son verdad .  Pero también hay muchas que son ciertas y que nos han servido para conocer a algunos personajes que, al menos, en mi barrio, no existían (también es verdad que mucha gente de mi barrio no salía en las películas y seguro que dan para una trilogía). Vamos con estos personajes que no puedes encontrar en tu barrio pero que tuviste el placer de conocer a través de las películas. (¿Véis? Siempre puede haber alguien que alargue las cosas. Y no hablo del “yesestender”) 

¿Y si viviéramos dentro de un periódico deportivo?

Imagen
Probablemente no hayáis leído nunca el AS o el Marca o cualquier otro ¿periódico? deportivo. A lo mejor, tampoco habéis dedicado demasiado tiempo viendo lo interesante que es la sección de deportes de las cadenas de Televisión. Puede que nunca hayáis escuchado a José María García, ni a su amigo Jose “Marrón Marimorena” o a los Manolos (a los de “olmailovin” no. A los que cantan peor todavía). Y eso que salís ganando. Y es que en este tipo de programas son un poco exagerados. Es como la Casa de Gran Hermano. Todo lo magnifican. ¿Que Messi se corta el pelo? Es noticia. ¿Que Cristiano Ronaldo se depila las cejas? 2 horas para explicar cómo se llama el “depilady”. ¿Que han encontrado al peluquero de Simeone? ¡Que lo vuelvan a encerrar! Y que no lo suelten hasta que aprenda a cortar el pelo.  Y es que estos señores son un poco cansinos. No me refiero a CR7, Messi o Simeone…, o también, ¡Qué diantres! (¿Pensabais que esta expresión solo se podía utilizar en las novelas de pi

¿Jura decir la verdad? ¿Puedo pedir el comodín de la llamada?

Imagen
Nunca me han preguntado si juro decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. La verdad (qué facilidad de palabra ¿eh?) es que no sabría muy bien qué contestar. Y eso que yo no soy muy mentiroso. Lo normal. Ni tanto como un político en campaña, ni tan poco como un niño borracho (igual la frase es diferente, pero es algo de niños y borrachos y decir la verdad). Y es que todo el mundo miente. Pocas o muchas veces, pero todos lo hacemos. Pueden ser mentiras piadosas o, de las de ir al infierno de cabeza. Todos. Los niños que no han bebido, las señoras mayores con cara de buenas personas (Paul McCartney incluido), los de izquierdas, de derechas, los altos, los bajos y los que beben Coca-Cola.  Para que no creas que te engaño, te voy a poner algunos ejemplos. Vamos allá con las Edades del Hombre, de la Mujer y las mentiras...  

Despreciados sin fronteras

Imagen
Hace tiempo leí en El Mundo Today, uno de los medios online que menos mienten, una noticia que me dejó meditabundo. No os preocupéis, he ido al médico, y me ha dicho que no es nada; que meditabundo significa que me dejó cavilando, pensando y meditando en silencio. No confundir con meditamundo, que se refiere al que está cavilando, pensando y meditando en silencio, pero fuera de su país, en otro sitio. La noticia en cuestión era que una taza de café sospechaba que había sido pedida solo para poder pasar al lavabo del bar.  Me dio muchísima pena pensar en aquella taza. Utilizada, con una vida que podría no haber tenido sentido. Lo peor de todo es que no es un caso aislado, y no son sólo tazas de café. También los vasos de agua han sufrido esta injusticia en algún momento. Gente sin ninguna consideración por los sentimientos de los demás.  Ya sé que es un grito en el desierto y que muy poca gente compartirá este sentimiento, pero al menos, desde aquí, quiero homenajear a to