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Mostrando las entradas etiquetadas como colegio

Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

¿Quieres verla?

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¿Te la enseño? ¿No quieres que te la enseñe? ¿Really? Pues tú te lo pierdes. ¡Qué tiempos aquellos en los que todo el mundo quería verla y estabas deseando sacarla! Cualquier momento era bueno. ¿De verdad no la quieres ver? Y es que las cosas han cambiado mucho. Nada es igual ¡Ahora la llevas en el móvil! Y no sólo una. Decenas, ¡Qué digo decenas! ¡Centenas! ¡Milésimas de millón! ¡O más! Y es que a quién no le va a gustar ver una foto. Estaba hablando de fotos. Que igual alguno ya estaba malpensando. Que sois muy mal pensados. Pues eso. ¿A quién no le va a gustar ver una foto? Aunque yo prefiero un Imperio Romano. Pues bien, hay gente que la lleve donde la lleve, va y te la enseña. Y aquí tenéis unos ejemplos. Treskiloscuatrocientostreintagramos Sí, la madre está bien. El padre también. Y mide más de tres kilos y pesa casi 50 metros… Y ha salido clavadito al resto de recién nacidos. Guapo no es, ha salido a los padres. Y a las madres. Pero es muy rico. ¡Y listo! Listísimo. Yo n

Apretar un melón y otras cosas que hacemos sin tener ni puta idea

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Probablemente no seamos conscientes de lo mal que hacemos las cosas. No es nada personal, aquí somos todos iguales. Toda la vida estornudando, unos más escandalosos que otros, y resulta que no lo hacemos bien. Que tenemos que hacerlo en el codo. En el tuyo. No vaya a ser que vayas buscando codos ajenos para ser estornudados. Mira que lo hacemos todos los días, (o al menos deberíamos hacerlo varias veces, no solamente cuando hay algún virus rondando), y tampoco sabemos lavarnos las manos. Ni enjabonarnos con jabón, o engelarnos, si es con gel. Yo propondría una asignatura en el cole, en todos los colegios, da igual que sean privados, públicos, concertados, o desconcertados (que es como estamos muchos) para enseñarnos a hacer cosas básicas, como por ejemplo apretar un melón. “Aprietando” melones Como habrás visto a la joven, esta no es manera de apretar un melón, ni una sandía. En realidad, esta no es manera de apretar a nadie. En algún momento de tu vida te encontraras an

Mi infancia son recuerdos de un patio del colegio o el reencuentro

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El patio de mi colegio era particular y cuando llovía se mojaba como los demás, pero no había huerto, claro, ni limonero, ni nada (igualito que el de Machado que lo tenía a todo confort). Sólo porterías de balonmano y fútbol sala, y fútbol, y rugby y tenis de mesa, voleyball, y todo lo que se te ocurriera. También hay canastas de baloncesto, y un montón de rayas. De las que se pintan en el suelo, aunque de las otras seguro que también había, pero no nos dábamos cuenta, porque éramos muy pequeños, y el patio era muy grande. Ahora el patio es mucho más pequeño, o nosotros somos más grandes… El caso es que todo esto viene porque hace unos días, volví a ver a uno de mis amigos de la infancia. Esas cosas típicas que pasan. Que los que vuelves a encontrar por Facebook. ¿Qué es de tu vida? Por aquí todo bien. A ver si quedamos. Tenemos que vernos. Claro que sí. Dame tu teléfono que te añada al “guasap”. Ya estamos conectados. De verdad que tengo muchas ganas de verte. A ver s

Si tienes 4 naranjas, a qué velocidad se chocarán los dos trenes y otros problemas del colegio

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Desde muy pequeños, ya desde el colegio, te preparan para sufrir. En cuanto te enseñan las letras y los números vienen los problemas. Pasamos del Mi mamá me mima y contar del 1 al 10 a tener que quitar manzanas a otros niños. Problemas y más problemas. Luego ya de mayores nos ponen más problemas. Llegar a fin de mes, pagar la luz, el agua, el tráfico, la hipoteca, tener que elegir entre un político malo y otro peor… Pero yo cuando sufría de verdad era de pequeño. Y me explico.

La vuelta al cole o las 16 cosas que recuerdo de la escuela

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Lo de la vuelta al cole ya os lo habrá recordado el atasco, los autobuses escolares, el “forramiento” o “forración” de libros, los mil y un reportajes de las televisiones con niños con mochilas de 200 kilos, el precio del material escolar, la señora con 4 hijos quejándose de que no le llega para el uniforme de todos…(de todos sus hijos. ¡Pobre mujer! Si encima tuviera que comprarlos para todos los niños de España). He preferido retomar un clásico, y eso que había chicha esta semanas para hablar de otra cosa. Por ejemplo que hay un teléfono nuevo en Madrid. Que el reloj de Apple no se presenta a las elecciones de alcaldesa. Que nos han dejado un Botín enterrado en El Corte Inglés. Que Escocia y Cataluña se van a vivir juntos... Hay gente a la que le cundió lo de ir a clase y se acuerda de muchas cosas. En mi defensa diré que yo iba al cole cuando Jordi Hurtado aun no trabajaba en la tele. Pero sí que aprendí algo. Allá van las 16 (no creáis que pongo 16 por que no se me o