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Mostrando las entradas etiquetadas como avión

Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

Allá ellos, y acá nosotros

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Hace poco os contaba una historia que “mesi” ocurrió . En realidad, le ocurrió a él, pero te la conté yo. Es posible que no fuera exactamente así. Yo la conté a mi manera. Como Frank Sinatra, que también cantaba a su manera, pero él lo decía en inglés, que suena mucho mejor. Sí, tú, estoy hablando contigo. También os decía que los ricos también lloran, aunque les dure poco el sofoco. Seguro que Frank Sinatra también lloraba. Pero hay ricos, y ricos. Estos al menos sabían hacer cosas. Estar forrados sabiendo hacer algo está al alcance de cualquiera. Ya me dirás qué mérito tiene jugar bien al fútbol y ganar mucho dinero. Así cualquiera. Desconozco si Frank Sinatra jugaba bien al fútbol. Pinta de baloncestista tampoco tenía. Al póker sí que jugaba, pero ya era rico de antes. Y es que ser rico por ser buen actor y cantante tampoco tiene tanto mérito. ¿Ser rico para seguir entrenando? Ahora 2000 abdominales. 3000 flexiones, dos horas corriendo alrededor del campo. Eso serían muchos ki

El avión: tragicomedia en tres actos. Segunda y tercera parte

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¿Por qué hacer las cosas fáciles pudiéndolas complicar? (Esta frase se la podéis atribuir a cualquier español. Así “semos”, nos gusta lo difícil). Que he pensado que en vez de hacer tres posts sobre los aviones, hago dos y así confundo al personal.  A ver si os lo puedo explicar. Son tres partes, pero las divido en 2 para… ¡Jodé! ¿os habéis tragado lo del espíritu santo y las tres personas sin rechistar y esto que es más fácil necesita tanta explicación?  Pues eso, que aunque sean tres partes, las dos segundas partes las juntamos en un solo post. La primera parte ya está disponible en quioscos y estancos aquí (mejor pinchar en el link que igual en el quiosco no os entienden). Vosotros seguid leyendo y ya os explico sobre la marcha. 

El avión: tragicomedia en tres actos. Primera parte

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Hace ya tiempo os contaba en el blog los tipos de gente que podías encontrarte en un avión . Me encantaría haceros un resumen, pero, mejor lo leéis, que os estoy acostumbrando muy mal y os estáis volviendo unos señoritos. Esta semana os cuento algunas de las cosas que pueden pasarte viajando en avión. Y lo voy a dividir en tres actos. ¿Por qué en 3 actos? Me parece que pasan muchas cosas antes de subir al avión (casi más que dentro del avión), y luego durante el vuelo y a la llegada al aeropuerto. ¿Por qué no lo divido en más actos? ¿No están siendo demasiadas preguntas? ¿Os digo yo a vosotros cómo tenéis que hacer las cosas? Pues ya está, que además de señoritos, sois un poco preguntones. Vamos allá, antes de que sigáis con el examen… ¿A que soy buen actor y parece que me he enfadado?… Mejor no contestéis J