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Mostrando las entradas etiquetadas como Miguel Bosé

Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

Yo inauguro, tú inauguras… Puestos a inaugurar

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Si entras en “gúguel” y pones: “Queda inaugurado”, el buscador, que es muy listo, te lo completa con “este pantano”. Y es que hubo una época en España en los que hacían hoyos, por distintos motivos. No todos eran para campos de golf. Había “bujeros” por doquier (que quiere decir por todas partes, a mogollón). Rascas un poco y España está hueca por dentro. Y los que mandan también están un poco huecos por dentro… y por fuera. Y algunos de los que mandan fuera, más huecos todavía. Sí, tú también. No digas que no. Nos gusta inaugurar cosas. Sin ir más lejos, el otro día en Madrid inauguraron un bote de gel. Y salieron en la tele para contárselo a todos. ¡Cómo cambian las cosas! Antes rompían una botella de champán para botar un barco. Ahora, ni champán ni nada. ¡Un bote de gel! Y ni siquiera un gel de marca, como el gel más frío (gel-ido), o el gel que se come (gel-atina). Y hoy vamos a hablar d e cosas que se pueden in augurar. No te agobies, tienes más de 45 segundos para pensar

Fish sin chips

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Esto no lo verás en los medios. Nos lo llevan ocultado años. Y ya va siendo hora de que salga a la luz. Puede, que cuando estéis leyendo este post, el FBI me esté interrogando. O el CNI, o el KFC (no es el Kentucky Fútbol Club, sino una organización superpeligrosa que quiere manejar el mundo mundial y han empezado por el chip. Sin fish ni nada).   Diréis que me he vuelto loco, pero no soy el único, como John Lennon (que no es que estuviera loco, pero escribió una canción… mejor lo dejo). Ya, ya sé que pensáis que hay más locos, pero quiero decir que hay más gente hablando de este tema, y nos tratan como si no estuviésemos bien de la cabeza. ¡Qué injusta es la sociedad! ¡Y la historia! ¡Mira cómo trataron a Galileo por querer mostrarnos la verdad! ¿O era a Copérnico? Espera, que a lo mejor es Colón. Voy a intentar contaros todo antes de vengan a por mí. Espero que no censuren lo que escribo y podáis salvaros. Cuando lo estéis leyendo puede que ya no esté con vosotros, ni con tu

En estas fechas tan señaladas

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No, no voy a soltaros el discurso del Rey, ni decir que me llena de orgullo y satisfacción escribir sobre la Navidad. Ya os conté cómo era el guion y algunos consejos a seguir en las cenas con amigoso y compañeros de trabajo.   Hoy os voy a hablar sobre la cena de Nochebuena .   No hay un modelo único, y cada familia o grupo lo celebra de maneras distintas, pero estoy seguro que os sentiréis identificados con algunos de los ejemplos que paso a relatar. Dónde y con quién Mucho más difícil que el qué cenar, está el dónde y con quién. Es una decisión complicada que provoca cienes y cienes de discusiones en las parejas (en todas,  hasta en las de la Guardia Civil).  Cuando eres pequeño no hay discusión posible, irás donde te digan que vayas, y no hay más que hablar.  Bueno puedes hablar, pero te va a dar lo mismo.  “Pues yo no quiero ir a casa de la tía de Cuenca”,  “pues te quedas tu aquí solo y te comes un bocata”, dirá tu madre.  Y ahí te ves, tan feliz tú solo, sin tener que