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Mostrando entradas de agosto, 2017

Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

Sara Carbonero, se hace de noche y el Vicente Calderón

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Vamos a empezar por el principio y a explicar quién es Sara Carbonero y Vicente Calderón. Algunos ya sabéis quiénes son, pero es muy probable que no le veáis la relación. Y aún mucho menos en el título de un post. Si ya le juntamos lo de la noche, la cosa se pone más complicado que ver a un culturista con gafas de cerca. (Ver de cerca a un culturista no es muy difícil, me refiero a un culturista que lleve este tipo de gafas) Sara Carbonero es una periodista que presentaba las noticias deportivas en Tele Cinco, conoció a Iker Casillas y se casaron y es muy probable que sean felices y que alguna vez hayan comido perdices. Vicente Calderón fue presidente del Atlético de Madrid, y dio nombre y apellido al estadio en el que, hasta este año, ha jugado el equipo. Así, de generoso era el señor. Pudiendo haberle dado otro nombre, le prestó el suyo a un campo de fútbol. Lo de la noche, ya lo explico ahora, y la relación entre Sara Carbonero y el señor Calderón. Ponte cómodo que allá

La que sigue liando el pollito o siempre hay cosas peores

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En los informativos de todas las cadenas de TV y de radio de todos los países hay una sección sobre Trump. En cada lugar se llamará de una manera, pero yo la llamaré “la que sigue liando el pollito”. A lo mejor en inglés la llaman What the fuck?, Little chicken?, o en francés, “Le petite poulet est tres malade dan la tête”, y en alemán, “Die polliten ist grossen enfermen, notejoden”. La traducción puede que no sea la más correcta. Y es que el señor con el pelo color patito de goma, no para de liarla. Cuando no hace que suba el pan, hace que baje la bolsa, destituye a gente, pone a su hija a currar por él, y al yerno a arreglar el problema de Oriente Medio. Así, en dos patadas, como se arreglan las cosas, sin medias tintas… lo único es que no arregla nada. La última del pollito de California (o de dónde sea este pollo) ha sido que bueno, que sí que hay nazis, pero que los que no son nazis también la lían… que tampoco son muy buenos Y ahí sí que hay que darle la razón, h

10 pruebas irrefutables de que las vacaciones no son lo que eran

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Las redes sociales han cambiado las vacaciones. No digo que sean mejores ni peores, son diferentes. Es un hecho irrefutable. ¿A ver quién es el guapo o guapa (que no voy a discriminar a nadie) que lo refuta? Lo que quiera que signifique refutar (suena a una jugada de fútbol. Aquí vemos a Fulanito Jr celebrar el gol que ha marcado por la escuadra tras un portentoso refute). Las vacaciones las podríamos distinguir entre AR (nada que ver con Ana Rosa, que seguro que está disfrutando de sus merecidas vacaciones… tópicos típicos que se dicen en estas fechas señaladas) y DR. Donde R es redes sociales, A es antes y D, como os podéis imaginar sin necesidad de estudiar física cuántica (como si la distinguiera de la que no es cuántica) es Después. Y aquí va mi explicación.

¿Con quién NO me iría a cenar?

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El otro día (expresión que puede servir desde ayer, al 15 de diciembre de 1780, por poner un día al “azahar”) me pedía Ana (a la que mando un saludo porque me estará leyendo… porque siempre lee el blog ¿verdad? ¿¿VERDAD??) que le ayudara a rellenar un cuestionario. De esos cuestionarios que hacen en las empresas serias para ayudar al resto de gente que trabaja contigo a conocerte mejor. Como si no les conocieran ya con tantos años que llevan juntos. Una de las preguntas, era nombrar a 6 personas con las que te irías a cenar. Ni más ni menos, seis. Como si fueran toros. Y eso me hizo pensar (en los toros no, en general). Sin que sirva de precedente. Y aquí van mis pensamientos (y ahora es cuando tendría que poner una foto de un tiesto con flores), pero no voy a ser tan previsible. Me iría a cenar con…