Así fue o podría haber sido

Imagen
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

El sueño de un futbolero

Seguro que me perdonáis que haya estado un tiempo sin publicar y estoy convencido que no os importará que hoy os cuente una historia personal. Ya veréis como entendéis que estuviera unas semanas calladito.



Los que me conocéis, y los que no, también, porque soy un poco pesado, sabéis que me encanta el fútbol. Tengo la mala suerte de habiendo nacido en Madrid, una ciudad en la que hay 11 copas de Europa (actualización, 12 ya), mi equipo no tenga ninguna. ¡Qué mal repartido está el mundo! Y eso que hemos estado cerquita… 3 veces.


Esto de ser de un equipo o de otro es una decisión personal. No quiero, ni puedo, echarle la culpa a nadie de ser del Atleti. No es como ser alto o bajo, o haber nacido en una ciudad u otra. Esto se puede cambiar.  Conozco a muchos que nacieron atléticos y se han pasado al lado claro (como Darth Vader, pero al revés) y a otros que nacieron de otro equipo, y se han hecho del Atlético de Madrid. Yo he decidido que no me cambio, que me quedo con lo que tengo.  Y no es ni mejor ni peor, es lo que hay. Incluso hay gente a la que no le gusta el fútbol. Hay gente “pa tó”.

Mi padre, otro futbolero, me llevaba siempre a ver partidos de fútbol cuando era pequeño.  Cuando era pequeño yo. Que cuando él era pequeño, yo no le conocía, pero sí me han contado que le gustaba jugar y ver partidos. Con mi hermana, íbamos los tres a ver fútbol a los campos de tierra del barrio, partidos de juveniles y también al Vicente Calderón y alguna que otra vez al Santiago Bernabeu.  Como dice el himno del Centenario del Atleti de Sabina, “con mi papá de la mano”. La canción habla del Metropolitano, pero tan mayor no soy, aunque todo se andará.


Mi primer recuerdo en el Vicente Calderón fue una final de una copa que ya ni siquiera existe. La Intercontinental en 1975 (así soy de mayor, y algo más, porque me acuerdo del partido). En una época en la que todo era en blanco y negro, allí todo era rojo y blanco. Banderas, bufandas y yo flipando viendo a señores con melena jugando, bastante mal, comparado con los futbolistas de ahora. Por allí andaban Gárate, Ayala, Adelardo, Irureta... Luego llegaron nuevos jugadores, los que salen en la canción del himno y otros mejores, alguno que otro peor, pero no vamos a poner a señalar a nadie, que señalar está muy feo.

Pasaron los años y allí seguíamos yendo al fútbol. Siempre con la sensación de la primera vez, con la ilusión del niño que vio el primer partido hace tanto tiempo y soñando con que alguna vez ganaríamos algún título importante.  Y alguno ganamos, aunque nos quedaba pendiente uno.


Estos últimos años, no he podido ir tanto, pero mi hermana sí que ha ido al fútbol con mi padre del brazo. Hasta mi madre, que nunca le gustó y sus conocimientos futbolísticos se pueden resumir en: “pues a mí Casillas me parece un chico muy majo”, ha ido al Estadio con él.  En los últimos meses cada vez se le hacía más cuesta arriba. El último partido se lo pasó regañando a Torres porque mientras calentaba no le dejaba ver las jugadas. Habíamos conseguido que le cambiaran la localidad y le pusieron a ras de césped. Y además, perdimos contra el Barça.


Ya tenemos sitio para ir al Wanda Metropolitano. Hemos elegido unos asientos, mi hermana, mi padre y yo, en un lugar en el que no hay que subir casi escaleras. Una de sus últimas sonrisas, y mi padre siempre ha sonreído y reído mucho, fue viendo el partido con el Leicester y escuchar que los del Atleti animaban más que los ingleses. Pasamos a semifinales y ahora otra vez a intentar ganar esa copa que se nos resiste. Lo digo como si yo pudiera marcar algún gol…

Cuando empezó la enfermedad de mi padre le dije que había que luchar y  ponerse fuerte para ver ganar al Atleti la Champions. Y ha luchado mucho, junto a mi madre, para seguir sonriendo y disfrutando de lo que más le gustaba, estar con su familia y ver al Atleti… a veces no por el mismo orden.

Estas semanas hemos pasado mucho tiempo en el hospital. Mi padre ya estaba muy débil. Llegó el momento del sorteo y mi padre no hacía más que mirar el reloj. A la 1 menos cuarto, me preguntó con un hilo de voz. “¿El sorteo?” Miré mi móvil para ver cuáles eran los emparejamimentos de la Champions League. “Papá, nos ha tocado el Madrid”, le dije. Nos miró a mi madre, mi hermana y a mí, se acurrucó y se quedó dormido. 

No vas a saber si esta vez sí que es la buena. Tampoco vas a poder sentarte en el nuevo Metropolitano. Pero estoy seguro de que te quedan muchas sonrisas y que nosotros, te seguiremos llevando de la mano para ver los partidos de tu equipo.

¡Gracias papá! Yo sí que sé por qué soy del Atleti.





Comentarios

  1. Una gran despedida y la suerte de tener la referencia exacta para recordar siempre, cada vez. Hoy la sonrisa que me provocan siempre tus textos es agridulce, pero yo también he descubierto porqué me gusta el Atleti...seguro que tiene a montones de tipos como tú.

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. Tú sabes por qué eres como eres y nosotros por qué te queremos tanto.

    ResponderEliminar
  5. Javi cuánto lo siento no sabía nada. No tengo ninguna duda de que estará junto a ti siempre viendo vuestros partidos. Deseo de corazón que pronto tengáis esa copa de Europa que tanto os mereceis. Un abrazo enorme!

    ResponderEliminar
  6. Cómo estamos en shock sólo me queda decir que espero que desde ese sitio en el que está, interceda para que nos concedan esa copa de Europa (no Europa league) que nos merecemos y nos lo deben por todo el trabajo que hemos hecho y que tu padre lo tenía muy claro. Besos y que tu padre nos ayude.

    ResponderEliminar
  7. Puedes estar seguro de que en el Tercer Anfiteatro está acompañado de grandes Atléticos: mi padre le habrá recibido al llegar.
    Abrazo rojiblanco.

    ResponderEliminar
  8. Puedes estar seguro de que en el Tercer Anfiteatro está acompañado de grandes Atléticos: mi padre le habrá recibido al llegar.
    Abrazo rojiblanco.

    ResponderEliminar
  9. Papá de Javi! Papá de Javi! Gracias por todo.

    ResponderEliminar
  10. Que grande Javi!!!! Siempre con tus publicaciones nos hace reflexionar, admirar, sonreir, divertir,... Hoy gracias a esta publicación me has emocionado...

    qué manera de soñar,
    qué manera de aprender,
    qué manera de sufrir...

    ResponderEliminar
  11. No sabía nada compi, lo siento mucho. Ya sabes que cuando veo al Atleti siempre me acuerdo de ti. Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  12. Yo estoy segura de que, en algún lugar de alguna lejana galaxia, se habrá juntado con mi padre --merengue-- y se habrán tomado unos vinitos por los tiempos pasados y por los futuros.
    Ya sabes, Javier, una que tiene el "corazón partío" entre blancos y rojiblancos pero admira a los padres que consiguen estar en el corazón de sus hijos.
    Mi cariño de nuevo.
    ibb

    ResponderEliminar
  13. Hay un refrán muy español que dice "de tal palo, tal astilla", y es muy cierto, conociendoos a los dos salta a la vista. Solo te queda ser un gran pastelero como Lorenzo para hacer esos riquisimos mazapanes que le llevaban todo ese tiempo en casa. Un gran hombre, un gran padre y un gran atlético.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¡Gracias por leer el blog y dejarme un comentario!

Entradas populares de este blog

10 ejemplos de críticas de cine si no las escribiera un crítico de cine.

Resumen de lo más mejor y lo menos mejor

Oscar, Goya y otros señores que dan premios a los peliculeros