Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

No estamos bien rematados o lo mal hecho que está el cuerpo humano

Antes de nada deciros que no es nada personal. No me refiero a nadie en particular. Esto es un caso genérico, hombres y mujeres, y viceversa. Todos, estamos mal hechos. Y no, no es cosa de ir al gimnasio o de operaciones de cirugía estática (como las bicicletas o la electricidad). Es que venimos mal hechos de serie. Como los teléfonos que explotan, pero en personas.


Ni siquiera la modelo más guapa se salva. Ni Miss, ni Mr. Universo. Que tu dirás, ¡Envidia cochina que CR7 está cuadrado! ¿Qué Charlize Teron está mal hecha? Tú sí que estás mal hecho. Y acertaréis. Que es cosa de todos, como hacienda. Que aquí no se libra nadie… Bueno lo de hacienda sí que hay gente que se libra, pero de esto no.



Ya veréis como os convenzo de que venimos con defectos de fábrica.

Sin movilidad de serie

¿Nacemos y qué? Ni sabemos andar, ni volar, ni nadamos (los que decís que sí nadamos. Prueba a tirar a un bebé a una piscina… Nadar nada, pero ¿Durante cuánto tiempo?) Que tú ves nacer a una jirafa en los documentales de la 2 y al minuto está corriendo, y tiene cuatro patas, y muy largas y no son fáciles de gestionar. O a un pato, con sus patas, o a un pollo, con sus patas también (esperabais que dijera otra cosa ¿verdad?)

Y nosotros con 2 piernas nada más y hay que esperar un año hasta que podemos andar… Y muy malamente. 


Las cosas por duplicado

El cuerpo humano es como los funcionarios de antes. Todo por duplicado. Dos manos, dos ojos, dos riñones, dos pulmones… Todo repetido por si se nos pierde algo, o deja de funcionar algo. Que no nos pase nada. Eso sí, el día que te falle el corazón… ¿Entonces qué? Muy precavidos para algunas cosas y para otras nada. ¿O te falta el cerebro y qué pasa? Aunque pensándolo fríamente, hay algunos que van por ahí descerebraos perdidos y siguen vivitos y coleando. 


¿5 dedos?


Tampoco tengo muy claro quién ha decidido lo de los 5 dedos en las manos y en los pies. Yo creo que sobran dedos en un sitio y faltan en el otro. Porque ¿para qué cojones necesitamos dedos en los pies? Como si fuéramos recogiendo cosas del suelo con ellos. Ni siquiera gente que se gana la vida con los pies, como por ejemplo, los futbolistas, necesitan tantos dedos. Si acaso el dedo gordo y ya está, y eso para que te puedas poner las chanclas. Pero en las manos veo yo escasez. Porque tenemos 5 dedos y se nos siguen cayendo cosas. Que si fuera verdad lo de la evolución (qué equivocado estaba el señor Darwin) tendríamos más dedos para poder sujetar las cosas como dios manda.



Elementos ornamentales accesorios


Olvidémonos por un momento de la cantidad de dedos, pero ¿alguien puede explicarme para qué sirven las uñas de los pies? Que si tocaras la guitarra con ellas y ser el Paco de Lucía “pediátrico”, vale (porque pediatra viene de pies ¿no?) Ya me dirás para que necesito uñas en todos los dedos. Que sí, que te las puedes pintar y quedan muy cuquis, pero también te puedes pintar las orejas de colores y oír con ellas, pero las uñas de los pies. ¿Qué otra utilidad tienen?


¿Y dónde guardamos las cosas?

Esto requiere cierto tacto. Venimos con orificios de serie que pueden ser susceptibles de guardar cosas, pero me refiero más a algo así como una bolsa. Como los canguros o el resto de marsupiales (del latín MARSU animales y PIALES que significa bolsa para guardar cosas incorporada). Que sales de la ducha y no tienes un sitio para dejar el móvil, ni la cartera, o la espada en los tiempos en los que la gente se pasaba la vida guerreando. Y claro, nos vemos obligados a llevar cosas tan horrendas como las riñoneras… Que por cierto, el nombre además de feo está mal puesto, debería ser ombligueras, triperas, o cojoneras. 


Elementos poco optimizados


Así a bote pronto se me ocurren los párpados. Que cumplen su función, la de cerrar los ojos, pero malamente, porque te sigue entrando luz. Que al final necesitas persianas, o visillos (por cierto, qué bonita palabra es visillo, nunca la ponderamos como se merece). O las cejas. Que sirven para que no te caiga el sudor a los ojos, y ya. Y el que no hace deporte y vive, pongamos, en Rusia del Norte, que allí no hace mucho calor ni en pleno agosto. ¿Para qué cojones quiere cejas? ¿Ves? Ellas también se lo preguntan


 Ya que hablamos de pelo

Antes que andábamos desnudos (no había El Corte Inglés, ni Primark) tenía sentido lo del pelo por todo el cuerpo. Luego ya fuimos perdiendo pelo por el cuerpo (algunos), pero hay cosas que siguen sin tener sentido. ¿Esos pelos en los dedos de los pies? ¿Para qué necesitamos ese flequillo del dedo gordo del pie? Que hay dedos gordos que parecen uno de los Beatles en sus años mozos. ¿Y el pelo de la axila? (lo que viene siendo el sobaco). Como no sea para que agarre el desodorante, no me lo explico. 


Cosas que deberían parar de crecer

Llega un momento en que dejas de crecer. Si no has pegado el estirón a los 30 años, no esperes alcanzar a los hermanos Gasol a estas alturas (como hilo lo de altura y Gasol, ¡Me mondo¡). El caso es que hay cosas que siguen creciendo aunque tengas más años que la puerta de una pirámide. Y ahí tienes las orejas (y sus atractivos pelos), o los huevos (con perdón). Probablemente lo de los huevos no es un caso de crecimiento, sino de la gravedad misma. Existe una relación entre la edad que tienes, y la distancia de los testículos al suelo. A mayor edad, más cerca están de los tobillos. Cuantos más años, más grave (es la ley de la gravedad).


Creo que ya habréis cogido la idea de lo que os quería explicar. Tampoco es plan de ponernos demasiado escatológicos. Las cosas son así. No estamos bien rematados, pero es mejor aceptarlo y no hacer demasiados experimentos, que hay algunos que lo tratan de arreglar con operaciones estáticas (las que hacen que no puedas mover la cara) y al final es peor el remedio que la enfermedad…

Y es que la arruga es bella.



Comentarios

  1. Tienes razón... en algunas cosas, pero me has dado ideas, deberíamos proponer la Union Europea a la que se le ocurren tantas cosas, que intervenga en la evolución del cuerpo Humano, y verás qué de recortes....

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  2. Tienes toda la razón, Javier. Y también María, desde luego... A mí unos cuantos recortes no me vendrían nada mal.
    Besotes a ambos.
    ibb

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  3. Un ejemplo de descerebrado va a dirigir el país más poderoso del mundo.

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