Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

Regular reglas de urbanidad no regladas

Desde muy pequeño te dicen que no se come con la boca abierta, que no se ponen los pies encima de la mesa, ni aunque seas presidente del gobierno, de ningún gobierno, que se dice buenos días por el día, por favor para pedir las cosas y que para agradecer, se dan las gracias, como su propio nombre indica.


Ahora que vienen elecciones en España y se habla de cambiar la constitución y crear nuevas leyes, yo voy a aprovechar para dar unas ideas al próximo presidente, sea quien sea. Nada que ver con ser izquierdas, derechas, centro y “padentro”. Y si ya las hacemos a nivel internacional, mucho mejor.

A ver si me explico.


Achús, Jesús y así sucesivamente

Estás con alguien y empieza a estornudar. Y tú, que eres una persona educada, le dices Jesús o salud. O salud nada más. O saludas a Jesús si está cerca en ese momento. Lo que sea. A la segunda vez, también. La tercera, sonríes y ya empiezas a dudar si seguir “saludando”. A la cuarta ya piensas que te está vacilando, ya a la quinta, le matas, le llevas a un hospital, pasas de él. ¿Dónde está el límite? ¿Con dos veces es suficiente? ¿Con una vez ya has cumplido?


A esto es a lo que me refiero con regulación. Y como no me pagan para regular, y ya hay señores que han estudiado leyes y relaciones internacionales y  movidas con países extranjeros, yo les dejo el marrón y que ellos decidan qué hacer. Yo sólo planteo las dudas en el campo de la interacción social.

¿Dónde mirar en los urinarios?

Me refiero en esos baños masculinos en los que se “urina” (de ahí lo de urinario) de pie. Estás a menos de un metro de tu compañero de baño y no sabes dónde mirar. Si miras para abajo parece que le quieres ver la pirula. Si miras al otro lado, que le desprecias. ¿Para cuándo una regla que unifique este tema? Mucha gente mira para arriba, pero parece que está buscando inspiración divina. Aunque pensándolo bien, después de ir al baño, te sientes divinamente.


Señores y señoras que no saludan en el ascensor

Yo no digo que la gente tenga que ser simpática y hablar del tiempo por obligación. ¿Pero entrar en un sitio (tan pequeño) y no saludar? Un hola es suficiente. Lo de hacer así con la cabeza (hacer así: dícese de hacer el gesto de saludo con la cabeza) podríamos considerarlo como válido. Si no saludan, yo propondría que subieran en brazos a la señora o señor de más peso del bloque o edificio en el que se cometiera la infracción. Pero, se lo dejo a los legisladores, que llevan años jodiéndonos y tienen más experiencia.


Móviles en la comida

En breve se crearán aplicaciones para comerte tu móvil, pero me refiero a si debemos estar trasteando con el teléfono móvil mientras estamos comiendo. Como si no pasáramos suficientes horas con el jodío aparato, también estamos comiendo y haciendo fotos de lo que comemos, del primer plato, de los aperitivos, miramos Facebook, escribimos un “tuic”. Hay que estar a lo que estamos. Y si no te lo comes todo, te lo dejo para la merienda, y si no, para la cena. ¿Prohibimos los móviles en la comida? Prohibimos la comida mientras haya móviles? Mejor, no doy ideas.


Feliz Navidad y próspero año nuevo

Cada vez ponen antes las luces de navidad. Llegará un momento en que no las quiten y nos pasamos todo el año iluminados. Pero ¿cuándo es el momento adecuado para empezar a desear Feliz Navidad. ¿A partir del 15 de diciembre? ¿Sólo el día de navidad? ¿Desde octubre? ¿Y lo de Feliz año? ¿Si te encuentras un amigo en febrero, es aceptable desearle que tenga un año próspero? Si lo dices malo, si no lo dices, peor. Es como si no quisieras que tu amigo tuviera un año feliz. Es necesaria una intervención. Esto es un sinvivir Y no nos metemos en si debemos felicitar otras festividades religiosas diferentes. Lo dejamos para una segunda fase.


¿Un beso, dos besos, un abrazo, la mano, bailar una sardana?

Cada vez está más complicado lo de saludar a alguien. Ya no sabes si abrazar , dar un beso, hacer un “jaifai” (básicamente es chocar la mano con otro ser humano y poner cara de que te gusta chocar la mano y que disfrutas con ello), dar dos besos, bailar pegado no es bailar… Tendríamos que crear diferentes categorías, ya que no es lo mismo el saludo familiar, que en temas laborales, con amigos, medio pensionistas y militares sin graduación. Necesitamos una regulación ya mismo.


A ver si nos vemos

Ya está bien de engañarnos. ¿No te han dicho que está muy feo mentir al prójimo? Y de verdad que hay veces que te gustaría ver a este prójimo en cuestión. Pero lo de a ver si nos vemos parece que está condenado al fracaso. Basta que lo digas para no quedar. Ahora que hay aplicaciones de móvil para todo, yo propongo la iQuequedar. En el momento en que se pronuncie el a ver si quedamos, el teléfono sincronizaría la agenda de los dos prójimos y concertaría una cita en los próximos días. Y la aplicación se conectaría a la policía de las buenas costumbres (creando empleo) para que nadie se escaquee. Me temo que nadie más va a decir lo de a ver si nos vemos.


Pago yo, no yo. Vale

Seguro que te has encontrado en esta situación. Y seguro que conoces a gente que dice que paga y no paga. Esos que echan mano a la cartera, hacen el gesto, hacen que se indignan, te dicen que la próxima es suya, pero nunca pagan. Otros, no se indignan nunca y siempre les toca. Hacen que se van al baño y cuando vuelven ya han pagado. Y esos que le dicen al camarero, no le hagas caso, que pago yo, no yo (y el camarero te mira con cara de camarero asombrado, como sólo los camareros se asombran). ¿Qué hacemos en esta situación? ¿Lo dejamos como está? ¿Regulamos la situación o se paga cada uno lo suyo? O mejor que pague Rita.


Pasa. Tú primero, no yo después.  

Esto hay que organizarlo de alguna manera. No puede ser que perdamos más de dos días durante nuestra vida decidiendo quién pasa el primero. (Este dato es de las mismas empresas que se dedican a equivocarse antes de cada elección en España). ¿Lo echamos a suerte cada vez que se dé esta situación? ¿Por orden alfabético? ¿Por edad? ¿Por si acaso?


¿Cuánta gente es demasiada?

Para algunos, más de 2 personas, ya son demasiadas, pero la pregunta va destinada a esas situaciones en las que te presentan a muchas personas a la vez. Todos del tirón. ¿Les das la mano a todos? ¿Les besas? ¿Organizas una orgía? ¡Queremos reglas ya!  Y sobre todo, actuar de forma normal.


¿Debo recordar todos los nombres?

Yo soy de los que me presentan a una persona y en el momento en que le doy la mano, se me ha olvidado el nombre. El efecto Dori, le llamo. Mira que hay reglas como repetir el nombre, asociar su cara y su nombre con alguna imagen familiar, coserles el nombre en la espalda como si fuera un futbolista… Nada, que me pasa siempre. Y cuando son varios, puede que por cuestión de probabilidades, me acuerde de alguno.


Izquierda, derecha. ¿Nos ponemos de acuerdo?

Estás caminando por la calle y te cruzas con alguien, y los dos, cual integrantes del equipo nacional de natación sincronizada, os movéis para la izquierda a la vez (lo que viene siendo, moverse al “unicornio” o al unísono). Y luego a la derecha, y vuelta a empezar. Todo esto sigue con una sonrisa y vuelta a empezar. Puede ser el comienzo de una hermosa amistad, pero mejor sería que hubiera una regulación en la circulación de las personas que se cruzan.


Vamos a dejarlo de momento, que con esto tienen para 4 años. No vaya a ser que se estresen con tanto trabajo.


Comentarios

  1. Se nota que fuiste muy bien educado d pequeño y das muy buenos consejos... d mayor. Muchas gracias.

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  2. ¡Qué bueno! Voto por poner solución a todo esto ya :)

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  3. Yo voto, porque esto, lo otro y lo demás allá, y todo, todito, todo, que haya que regular en España y en el mundo mundial, lo regules tú, o lo mandes regular, o que lo manden que lo manden regular, etc..etc y etc.

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