Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

El avión: tragicomedia en tres actos. Segunda y tercera parte

¿Por qué hacer las cosas fáciles pudiéndolas complicar? (Esta frase se la podéis atribuir a cualquier español. Así “semos”, nos gusta lo difícil).

Que he pensado que en vez de hacer tres posts sobre los aviones, hago dos y así confundo al personal. 

A ver si os lo puedo explicar. Son tres partes, pero las divido en 2 para… ¡Jodé! ¿os habéis tragado lo del espíritu santo y las tres personas sin rechistar y esto que es más fácil necesita tanta explicación? 


Pues eso, que aunque sean tres partes, las dos segundas partes las juntamos en un solo post. La primera parte ya está disponible en quioscos y estancos aquí (mejor pinchar en el link que igual en el quiosco no os entienden). Vosotros seguid leyendo y ya os explico sobre la marcha. 


En el capítulo anterior os contaba todos los pasos a dar para llegar al avión. Estamos a punto de embarcarnos en una nueva aventura (frase patrocinada por la asociación de blogueros de viajes. Junto a marco incomparable, paraíso natural…).



28 V
Ya estamos dentro del avión y lo primero es ver cuál es tu asiento. ¿Es 28 B o V? A menos que el avión sea cuadrado (hay pocos) es muy probable que sea B. Pero da igual, habrá gente que se sienta como en el cine; dónde le da la gana. Y tendrás que pedir amablemente que se vaya a tomar por saco a su sitio. O utilizar otros métodos.


Coloquen sus pertenencias en el compartimiento o compartición superior
Gente que entra en el avión con una guitarra, una mochila, el carrito del niño, un casco de moto y las bolsas del “diutifrí”. Y claro, no caben en el compartimento superior. Las compañías tendrían que tener estas cosas controladas. No piensan en los viajeros… tocapelotas. Y tú preocupado por que llevas el abrigo y la maleta de Hello Kitty.


Mi compi
Sobre los señores y señoras que te encontrabas en el avión ya os conté algo en el blog. El compañero ideal es el que no te da la charla durante todo el vuelo, ni se pega contigo por poner el codo en el reposacodos (¿para cuándo un tratado de usos y costumbres del reposabrazos en los establecimientos públicos?), ni ronca, ni hace ruido al comer, ni lleva colonia… El mejor es el que no está. Tener el asiento de al lado vacío es de lo más mejor que te puede pasar.

Momento en el que cierran las puertas y no hay nadie sentado a tu lado

Hay dos puertas, tres cuartos de baño, muy luminoso
Llega el momento de las instrucciones por parte de la tripulación de cabina. Básicamente lo que viene siendo ese momento en el que te enseñan a inflar un cinturón, y a respirar con normalidad a través de un chaleco. Y te dicen que el avión tiene varias puertas (de las ventanas no dicen nada) y donde están los baños. Del precio tampoco comentan mucho. Así no creo que lo vendan, pero algunas instrucciones son divertidas J.


Wisconsin qué hermoso eres
Es el momento de echar un ojo a la revista del avión. Todas las aerolíneas tienen la suya, pero las escribe la misma persona. Un montón de anuncios de señoras arregladas para anunciar colonia, o maletas, o maletas llenas de colonia. Una entrevista en profundidad tipo ¿mar o montaña? ¿carne o pescado? de alguna persona famosa (que normalmente nunca conozco), un par de reportajes de sitios ideales de la muerte y luego ya el catálogo de películas que no podrás ver, la música que no podrás escuchar (tampoco pasa nada) y mapas con un montón de flechas que aquello parece una escena de guerra (o de boda) de Juego de Tronos.

Entretenimiento
Si vas lejos; un poco más lejos; no, más lejos todavía; puede que el avión cuente con pantalla y puedas ver alguna película o documental de la 2 (ideal para quedarte frito) o series (no, Médico de Familia se nos ha agotado…). La mayoría de las veces siempre querrás ver la película que ponen… en otro vuelo. La que ponen en tu vuelo ya la has visto y las que no has visto, no las quieres ver. Igual estoy siendo exagerado, y hay algunas películas que merecen la pena… o no.



Comida
Si vas lejos como para que te pongan una peli, probablemente te pongan comida también. Si no, volvemos a los tiempos del bocata de chorizo y la bota de vino… Aunque pensándolo bien, casi es mejor lo del bocadillo. La comida la ponen en una bandeja (diseñada por un campeón de Tetris) y da igual lo que pidas, que sabrá a pollo. Requemado, pero a pollo. Es como cuando viajas al extranjero y te dan serpiente, canguro o cocodrilo y todo sabe a pollo. Pues en la comida del avión te dan murciélago en su tinta  y te dicen que es ternera, pollo o pasta. Porque siempre es lo mismo…


La hora en destino es… ¿qué hora es?
Si vas a un sitio en el que tienen otra hora (nada más que por molestar), ya no sabes qué hora es en el avión, en tu casa o donde quiera que vayas. Te traen la comida y puede que sea el desayuno, cena, el brunch, meriendacena, ¿cenayuno?

El baño
Si puedes aguantar sin ir, mucho mejor. Y si no te queda otra, allá tú… o el cacho de ti que quepa en el baño. Y el miedo que da pulsar el botón… Da la sensación de que has abierto una nueva puerta a una dimensión desconocida y que todos los demonios del infierno vienen a por ti. ¡Vale! Dejaré de ver los programas del señor de los milenios.


Ya hemos llegao
Te dicen que todavía no te quites el cinturón, pero tú y los otros 200 se lo quitan. No enciendas el teléfono y ni caso, allí todo el mundo está hablando con sus seres queridos, y algunos hasta con su mujer… Que no cojas las cosas del compartimento superior y allí no hay nadie ya sentado.


Exit and baggage
Si has facturado maleta, antes del exit (que viene siendo salir a la calle), hay que recogerla. Y lo primero es buscar dónde están… y la gente tiene la costumbre de poner los carteles en otros idiomas… Y una vez que ya sabes en qué cinta hay que esperar, y ver aparecer tu maleta es como ver a Bo Derek correr hacia ti. (Bo Derek es la chica del vídeo, que todo hay que explicarlo). 


Mr. Marshall
Ahora ya sí que tienes que seguir el cartel de Exit y puede que haya alguien esperándote con un cartelito. Y casi nunca escriben bien tu nombre, o tienen tus apellidos cambiados o el cartel tiene el logo de la agencia de viajes con la que has contratado las vacaciones. El caso es que es muy probable que no os encontréis nunca.



Vámonos. Pafuera, pa la calle
Ya está. Ya estamos listos con nuestra maleta y con el cambio de hora, y muertos después de un viaje… ¿Y ahora qué? Pues que ya está, que se acabó lo que se daba. ¿O también quieres que os saque de paseo?

Os dejo con una ¿bella? melodía. Hasta el próximo programa amiguitos.



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