Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

Eurorisión 2013

Tengo que confesar que nunca he sido un fan de Eurovisión. Total, no es más que un montón de gente cantando en diferentes idiomas y luego unos señores nombrando países y dando votos… a otros países (a España no le votan ni los Españoles por el Mundo). Entiendo que haya gente que le guste y a veces, hasta me lo he tragado entero (no nos quedaba otra hace unos años).


Aunque pensándolo fríamente, no es tan diferente a Operación Triunfo aunque resumido (tampoco es mi programa preferido). Todo en 3 horas y picadito, en vez de tragarte mil programas para que al final no gane el que tú quieres (Es un decir. Me da bastante igual quién gane).  En OT también había algunos extranjeros, o yo al menos, no pillaba lo que decían. ¿O tú entendías a Rosa de España cuando hablaba?  ¿Qué quiere decir Poyeya?  Luego venía la parte de los votos, aunque en Eurovisión no les ponen a parir en directo (ya lo hace más gente por Twitter) y más tarde el tema de los votos a través del teléfono, SMS o enviando un fax (esto no lo tengo muy claro…). La diferencia es que en OT no votan los de “Guayominí”, ni “Paibá” o “Litalí” (sí amiguitos, aquí todavía hablan en francés… cada vez menos, para desesperación del país vecino).  




En mis años mozos (sí, ya había televisión aunque no tenía más colores que el blanco y el negro), no había demasiada opción.  Era o el Festival de Eurovisión o la carta de ajuste en el “guacheefe”. Había sólo dos cadenas y era todo un acontecimiento ver a Massiel (sin haber bebido) y a Salomé (el nombre se las trae, aunque sea artístico) ganar, a Mocedades...  En el tema de estos señores tengo que hacer un inciso. ¿Para cuándo una investigación por parte del Follonero?  Eso sí que es enchufismo, todos familia y contratados a dedo ¡Escándalo! También podíamos ver a José Vélez (el hombre con más dientes por metro cuadrado)… No me pidáis que siga porque no me acuerdo de muchos más.  No tenéis más que recordar los programas de Nochevieja de Martes y 13 en los que se repasaba todos los años, a los participantes.

También estaban los pronósticos de José Luis Uribarri: “Aquí llegan los 12 puntos de Grecia”, “El cariño a nuestra compatriota, la Reina Fabiola, siempre nos da bastantes votos entre los belgas” y nos explicaba la vida y milagros del cantante o la cantanta de cada uno de los países en cuestión. Ríete tú de la bruja Lola. Este hombre sabía quién iba a votar a cada canción dos años antes del festival.

Así fueron pasando los años y España seguía sin ganar.  Era como cuándo íbamos a los Mundiales de Fútbol. Sabías que no ibas a ganar, la cuestión era no quedar demasiado mal. Después llegó Operación Triunfo y la participación de Rosa de España con “Yurops livin a selebreison” y la gente volvió a engancharse (seguramente había gente que lo veía antes, pero en mi caso no me enteraba ni de quién había ido hasta que no salía en el telediario que habíamos quedado décimos… en el mejor de los casos).  Después Rodolfo Chikilicuatre (ya que perdemos, al menos hacer el ridículo del todo)… y luego llegó Twitter. 


Este año me dispuse a verlo (realmente no tenía mucho que hacer el sábado) pero con un aliciente nuevo. Seguirlo al mismo tiempo por Twitter.  Hay verdaderos cracks que son capaces de sacar punta a la Torre Eiffel. El concurso por sí, no me interesaba mucho, pero quería saber de qué se estaba riendo buena parte de la gente que sigo en la red social y ya de paso, ver el “pograma”.

Este año lo presentaba José María Iñigo, que sinceramente, no se le veía demasiado entusiasmado con el concurso y por si no os habíais enterado y ardéis en deseos de saber el resultado, España no ganó, pero quedamos entre los 26 primeros.  Concretamente los 25… de 26.  Tengo una teoría para explicar los malos resultados de España en el festival de Eurovisión. Según están las cosas, quién es el guapo que gana y organiza el festival. Porque más que un premio es una putada, el ganador tiene que ser el anfitrión del año siguiente. Por eso en España llevan a los que llevan, para que no haya ninguna oportunidad. Si nos tocara preparar el festival, les llevamos a todos a un tablao flamenco con dos jarras de sangría y santas pascuas plín.

Y es que este año no nos votó ni Grecia, ni Bélgica, ni siquiera los dos que siempre nos daban votos: Portugal (debe ser en agradecimiento por aguantarles a Mourinho durante 3 años) y Andorra (y eso que el tabaco ya no está tan barato), no participaban.  Sólo conseguimos 8 puntos, 6 de Albania (¿Qué les habremos hecho a los pobres?) y 2 de Italia (gracias Rafaella).

Pero a lo que iba.  Este año me he pasado buena parte del concurso viendo los comentarios a través de Twitter y, a veces levantando la cabeza para ver quién cantaba. Se celebró en Suecia (habría que ver las instrucciones de montaje del escenario con los tornillos "Sejúnten" y las plataformas "Röbusten") y como en los Juegos Olímpicos, también se inventaron países, Moldavia, Georgia, Azerbaijan….

Por España participaba una niña que grita y dos a su lado sin peinar (chicos, que estáis en la tele, ¿no os podías haber pasado el cepillo por lo menos?).  El sueño del efecto Van Gogh, o algo similar.  Otra chica que está empezando en esto, Bonnie Tyler, cantaba por “Guayominí”.  Los del resto de países, no los conocía, pero me pasé muy buenos ratos (echando pan a los patos) viendo los comentarios que había por Twitter. Aquí os dejo unos cuantos propios y ajenos.  También os cuento el final, por si queréis saber quién ganó… una chica “dinamarquesa”.

Los de España nada más terminar la actuación pidieron perdón. ¿Cómo se te ocurre salir con un vestido amarillo y descalza. Todavía andan buscando al mamón que le robó los zapatos a la cantanta.


El de Islandia parecía un heavy en una boda, o un personaje de Juego de Tronos cantando una bella melodía.  Kántarin, hijo de Kantáutor, nieto de Kantor.

A la Ucraniana naniana, la llevó en brazos Hodor, el de Juego de Tronos (tengo fijación). 



La de Alemania era la prima “delgada” de Merkel y el nombrecito ya daba pistas de que ya no era una niña, Cascada.

El italiano, tan moderno él, con su traje, cantando en su idioma, no como la mayoría de los participantes que lo hacían en inglés.  Excepción de Francia (por supuesto) y otros cuantos como nosotros. Pero se le olvidó quitarse el hurón que llevaba en lo alto de la cabeza.



Los de Hungría mandaron al creativo de publicidad.  Postureo húngaro le llaman.

El de Rumanía era para echarle de comer aparte. El “Dracugayer”. Una mezcla entre Tino Casal y Mónica Naranjo. Seguro que el que estaba debajo del traje apretándole los testículos se lo pasó en grande durante los dos minutos que duró la canción. Me gusta para novio de las hijas de Zapatero.  

Y después de un señor con voz de mujer, salió una mujer con voz de hombre.  ¿No venden Ricola u otro tipo de caramelos para la tos en Inglaterra? Mirad que pose tan flamenca.  ¡Ni María Jiménez y su lista de la compra!

Lo de Azerbaijan y el pollo dentro de la urna sí que tenía mérito. Al final, no necesitó respiración asistida a pesar de la actuación. Y la chica, en vez de ayudarle, dando brincos por el escenario. Todavía están intentando abrir la caja.

Los griegos sí que molaron. Alcohol is free!  Cómo se enteren en Europa que en Grecia no se paga por mamarse, les va a rescatar Rita.  Tuvieron un detalle dejando salir al abuelo para ganarse unas perras y de paso cambie la “feberguitarra” con la que salió al escenario. Dentro vídeo.


Los de Malta salieron todos a cantar.  Ahí estaba todo el país entero en el escenario. En la imagen el cantante y sus colegas en un banco.  ¡Muy bien traído señores malteses!


A ver si el año que viene también perdemos, y no nos toca organizar nada. No está para gastar dinero y traernos a un montón de jovenzuelos dando gritos con banderitas y llenando las calles… ¿O eso ya lo hemos hecho cuando vino el Papa y nos "baratísimo"?

Comentarios

  1. Javi, ya hacía tiempo que no me pasaba por tu blog, pero desde luego tu resumen me ha gustado más que el de la tele, gracias por expandir la cultura popular!!

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    1. Manu!! Ya sabes que me gusta el periodismo de investigación. Era necesario que alguien tratara este tema ;) Un abrazo!

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